Cyber-Corredera

|| Servicio informativo del enfermero Pinto

 
    
Informativo virtual  para integrar  la familia naval colombiana  
 
  
Nº 104
Marzo / 2009
Unidos por el mar
y exhaustos por el último poste

NUEVA DIRECCION ELECTRONICA: enfermero@cybercorredera.com

EMERGENCIA MARCIAL
David Escobar Gómez / 42-044

Y esperamos los reclutas del 42 el juramento de bandera y el baile de gala, luego las expectativas de ir a desfilar a Bogotá no nos dejaba dormir. Ensayos, y ensayos, esa ilusión que no más la saben los que han desfilado, en ese entonces, por la  Av.Caracas. Pero más interesante debe ser para  rolos santafereños, a quienes los esperaban sus familiares y las novias. Hasta que llegó el día de tan esperado desfile, y no sé cual fue el brigadier que me enganchó un fusil que no era mío, dizque porque era de uno que estaba enfermo, es que al perro flaco se le pegan las garrapatas, en fin, nos embarcamos en un DC-3 de las FAC, y de pie, como en bus urbano, llegamos a Catam.
Otra práctica por la noche, y ese júbilo, y esa incógnita.
El 20 de julio de 1967, salimos de la Escuela Militar muy temprano, y recuerdo la grata y oportuna asesoría del cadete W. Acosta, como costeño que era, me dijo antes de salir: "mea antes". Le seguí las instrucciones con el debido complemento y salí bien desocupado. Agradezco todavía ese consejo marcial. Salimos cantando muy emocionados el Pirata, y el repertorio naval que cantábamos a todo pulmón. Lo recuerdo tanto, porque yo inicie el canto, tal era mi estado de ánimo, y todos me siguieron con aquel fervor en busca de la gloria, que entre otras cosas, me comía tres todos los domingos después de desayuno en el los ranchos, al lado de la bahía.
Y empezó el desfile militar más importante de esa Colombia de antes. Las calles abarrotas de gente en los andenes esperaban ansiosos a sus cadetes y soldados de la patria. El día estaba para playa, el frío aprovechó para descansar y nosotros para marchar; altivos, orgullosos, con la mirada fija en el futuro o por allá en el infinito, y los tambores, los redoblantes, repicaban a 80 o 90 por minuto al compás de los bombos que hacían de bajo imponente pero que llegaba a nuestros corazones henchidos de jubilo, no se creía en nada más. ¡Que gozo ni que carajo!
Por la antigüedad, nos correspondía marchar después de los "papayos", pero como marchaban tan rápido, como soldaditos con pilas nuevas,  nos tomaban varias cuadras y nosotros frenábamos a la FAC que nos seguía también con su marcha de ganso, pero también rápido.
Después que pasamos por la tarima donde estaba el presidente Lleras, y lo saludamos marcialmente, los aplausos y las vivas nos abrumaban, y nosotros, los fusileros, con el brazo izquierdo pegado al cuerpo y con el otro sacando agua del caldero esparcíamos nuestro orgullo y elegancia al pasar por la calzada afirmando el pié derecho al compás uniforme del toque ayudado por las trompetas, platillos y las famosas y únicas, gaitas escocesas.
Para que el público pudiera gozar con nuestra imponencia al desfilar, pasada la tarima oficial, nos metimos a la carrera paralela hacia el occidente para que pasara la FAC y la Policía  con su velocidad y así poder nosotros dar nuestros pasos libremente sin ningún acoso ni paradas tontas. ¡Para que fue eso!. Nos veían mejor. Porque avanzábamos con aquel prusiano sentimiento de honor y valor, para brindar un espectáculo  inolvidable para los que por esas calles marcharon en su juventud. Majestuosos, el blanco y negro del uniforme de la tierra fría, nos trasportaba al olimpo de los dioses militares.
Pero no todo fue gloria, cuando bajamos por una calle, cruzamos a la derecha, y esperamos a que pasaran las otras armas, estábamos en silencio descansando, pasó algo muy desagradable. La gente nos miraba extasiada, y nosotros que no creímos en nadie ni los determinábamos, dada la arrogancia necesaria para impactar.
En ese silencio, de un momento a otro, un rumor. Mi capitán Duque, comandante de la tercera división, la última de tres, estaba a pocos pasos de donde yo estaba en la primera fila y primero a la derecha. Al escuchar el rumor, giro su cabeza hacia mi y preguntó qué estaba pasando. Regué la voz, y regresó la respuesta: " Un cadete se mueve mucho" A lo que otra voz regresó preguntando el motivo. La respuesta llegó casi en coro: " Tiene que ir al baño" y mi capitán no tuvo alternativa: " Que salga a una casa de esas".
Ya se pueden imaginar el recluta moviéndose en contorsiones para nada artísticas, agarrado al fusil punto treinta o puya sapos. Sudando la gota fría, y la moral y orgullo bajando como si se acercara una baja de presión acompañada de una fuerte tormenta. Al recibir la orden, el cadete en desgracia, salió de la fila corriendo y tocó en una casa y nadie le contestó. Pero una buena señora le ofreció la suya que estaba diez metros más abajo. El que entra, y el berrido militar se escuchó al mismo tiempo que los bombos a los lejos: ¡Con compás...mar¡
Como el uniforme de desfile no tiene bolsillos, qué plata íbamos a llevar, y al salir el marchante olvidado a la calle, de su Escuela Naval no quedaba sino el lejano tocar de las bandas de guerra, y no sabía como hacer para ocupar su puesto en el grupo. Tomar un bus, estaba prohibido, le quedaba la opción del taxi, pero sin dinero, le quedan la opción de empeñar el fúsil en una tienda. Lo que era un imposible. En su palidez, aún muy notoria, la caridad humana es la que no deja perder la dignidad, el cadete que no tuvo la buena fortuna de tener un amigo recibió la ayuda económica y tomó un taxi rumbo a la Escuela Militar, mas asustado que burro montado en canoa. ¿Se acuerdan ustedes, amigos, quien fue ese infortunado?
 

 EL CAPI MORCILLO
Por Juan Moreno

Alfonso Morcillo Dosman era ante todo un gran profesional. Su cargo como capitán de la armada colombiana, junto a sus títulos de ingeniero y arquitecto naval, marcaron su vida y la de las personas que le rodearon.
Yo fui una de esas personas que tuvo el privilegio de actuar como su ayudante en una época de esperanzas, cuando tanto él como yo apostamos por un país al que quiso siempre no sólo como militar sino ante todo como ciudadano. Esa apuesta la perdí yo, pero él murió esperando que las cosas cambiaran en Colombia y siempre esperó lo mejor para su país.
No puedo decir lo mismo pero esa era una de las cosas que discutíamos siempre, en una relación padre-hijo que siempre estuvo dentro de un ambiente de mutuo respeto y espero que en sus últimos días tuviese comprensión por ese hijo único que huía de las dificultades como las ratas del buque que se hunde.
Sé que él tomó lo de mi emigración como un fracaso personal suyo, siendo un fracaso sólo mío y una decisión largamente meditada por mi.  
Alfonso había nacido en Palmira, 1923, un pueblo cercano a Cali en la provincia (departamento) del Valle del Cauca. Desde ese pueblo él soñó posiblemente con el mar y su hermano mayor, Luís Eduardo, le ayudó a salir en barco, por el río Magdalena hacia Cartagena previo paso por Barranquilla. Ya había muerto su padre, don Pedro Pablo. 
El primer día en la armada lo pasó en el calabozo. Me lo contaba su compañero de celda, también Oficial de la armada como él, y fue por quejarse de algo. Pero su madre, doña Zoila le había dicho que tenía que aguantar estoicamente todos los sinsabores que la vida le habría de traer. Sólo le advirtió que tuviese cuidado con los Bogotanos.
En ese valle del Cauca, las personas tenían miedo a los "señoritos" de la capital, del mismo modo que a los "costeños" nos temían en la Bogotá de los primeros años 70. Alfonso murió en 1998, unos pocos meses después de mi salida definitiva de Colombia. Fue un desgraciado accidente en su jeep, cuando venía de actuar como inspector naval, tal y como lo venía haciendo desde principios de los años 70. Tenía 75 años.
Su arribada al puerto de Buenaventura fue en 1968, cuando aún faltaba un año para que me graduara de bachiller. En Francia, ese año había empezado una revolución que bien vendría ahora en alguno de los países de sur América. Mi padre intentó que me fuera a Bogotá, pero finalmente seguí en mi colegio de Barranquilla y allí terminé mis años de secundaria en el Biffi-La Salle el mismo año que Armstrong y sus compañeros llegaron a la Luna. 
En ese puerto mi padre actuó como Ingeniero naval con una pesquera que quería construir unos pesqueros y posteriormente para una compañía Holandesa que quería reactivar unas instalaciones aeroportuarias, la antigua Scadta, para reconvertirlas en astillero.
Pero la historia que conozco de Alfonso comenzó en 1957, cuando él conoció a mi madre, Ofelia, en Cartagena de Indias, concretamente en Bocachica, cuando él le ofreció su velero, un barco deportivo de la Armada que Alfonso tenía esos días para pasear a su hermano Alberto, recién casado y en plena Luna de Miel, para regresar a Cartagena. 

Le conocí entonces y recuerdo que yo estaba loco de alegría por poder estar en ese enorme velero capitaneado por el nuevo amigo de mi madre.  

Por esa época, mi madre vivía una tórrida historia de amor con Domingo, un antiguo oficial del ejército republicano español y que había sido condenado a muerte por el régimen de Franco. Dionisio Ridruejo evitó esa muerte al ver los dibujos que Domingo había hecho a sus hijas estando el pobre entre rejas. Domingo había venido a Cali desde Barcelona contratado como dibujante por una gran empresa tipográfica pues era un artista integral que manejaba el creyón el óleo o el violín y que cantaba en la Barcelona de los 30 con su voz de bajo profundo, las zarzuelas y las óperas de moda en esa mítica Barcelona de la que yo escuchaba maravillas años después en mi niñez en el Cali de los primeros años 50.

Él me abrió los ojos en cuanto a las creencias religiosas. Hoy veo que bebió de las fuentes de Ferrer i Guardia, el gran educador catalán, y de todos aquellos que vieron que la más conspicua de las oligarquías europeas era la catalana. Un epifenómeno de esa oligarquía fue y sigue siendo la colombiana.

Vivíamos entonces en Cali, y mi vecinita española, Rosa María recuerda esa época y la visión de Alfonso, uniformado de oficial y dice ahora que parecía sacado de una película.
En efecto, el oficial naval ganó esa partida al pintor neoclásico español y eso determinó que me fuese a vivir a Cartagena de Indias.

De Cartagena recuerdo mucho a mis compañeros y profesores, y el uniforme de mi padre cuando llegaba de la base naval, blanco o color marrón claro. Tenía dos automóviles, uno de ellos era un chevrolet 56 que trabajaba como taxi y que con el tiempo sería el automóvil de mi padre en Barranquilla. En ese aparato aprendí a conducir bajo la atenta mirada de Alfonso.

Recuerdo que mi padre fue a trabajar a Barranquilla como ingeniero en una empresa de laminados y que fue por poco tiempo hasta que él entró a trabajar en un astillero de Barranquilla, la Unión Industrial y Astilleros.

Cuando llegamos a Barranquilla en 1960 entré al colegio alemán de esa ciudad y tuve mis primeros disgustos como estudiante pues quien me tocó de profesor tenía todo el aspecto de un oficial de las SS, de pequeños ojos azules, calvo y siempre con cara de enfado.
Alfonso me amenazaba tal y cómo se hacía en esa época, por mi poco rendimiento en el colegio, con no darme algo ó con castigarme sin salir a un paseo. Así que tenía un nazi de profesor y un militar recién venido de Boston ejerciendo su labor de padre.

En efecto, Alfonso se había graduado en 1955 en el M.I.T. de Boston, como Arquitecto naval. Siempre pensé que para graduarse en el M.I.T hay que tener una voluntad y un cerebro muy especiales. En esa universidad muestran profesores e investigadores con premios Nóbel y otros premios por el estilo.

Su profesor de construcción Naval era uno de los gurús de la construcción Naval y que con sus libros todos aprendimos: Don Amelio D`argengelo, nacido en Argentina y quien fue el profesor de construcción naval y Teoría del buque de varias generaciones de arquitectos navales del M.I.T. y de las escuelas navales de todo el mundo. Cuando estudiaba en España, los libros de D`arcargelo me recordaban el estudio de Alfonso en Boston

Siempre le admiré por eso. Y le admiré por su concepto de disciplina personal que yo nunca he seguido. Algún amigo suyo decía que lo suyo no era fuerza de voluntad sino terquedad. Si se proponía algo lo conseguía.

Desde las tablas de multiplicar hasta las ecuaciones diferenciales, mi aprendizaje de las matemáticas fue siempre un asunto que yo relacionaba con Alfonso. Cuando mucho tiempo después yo tenía que lidiar con las matemáticas, recordaba sus enseñanzas y su capacidad de análisis, que no sólo desplegaba en esos asuntos sino en otros más pragmáticos como el trabajo.

El concepto de "inspector independiente" por ejemplo, tenía esas dosis de firmeza moral, justicia y claridad que en las matemáticas tienen un campo natural. Él me explicó alguna vez lo que hacía un notario. Pero ese trabajo era un pálido reflejo de los que realmente tenía que hacer un inspector del American Bureau of Shipping, el NKK el LLoyd de Londres ó el German LLoyd´s .

Recuerdo a Alfonso los sábados en Barranquilla, por la tarde, levantándose de la siesta para empezar a llenar sus formularios de el 5 y 6, una apuesta hípica que tenía por costumbre los sábados, para luego el domingo, en compañía de sus amigos seguir por la radio con mucha atención.

Era un hombre de costumbres sencillas propias de su carácter equilibrado y tranquilo. Se burlaba del comportamiento de los italianos y de los españoles que él tenía como prototipo del hombre inestable y locuaz muy alejado del suyo propio. Pero con el tiempo tanto él como yo vimos que la España de los curas y toreros y la Italia de las óperas y las copas fáciles eran sólo el tópico que había aprendido en su juventud y en la escuela naval de Cartagena. Yo por supuesto tenía la visión de un país manejado por una pandilla de militares energúmenos y muchos tópicos entre pecho y espalda.

Habiendo estudiado yo en España, siempre me dijo que la historia de ese país era la historia de un pueblo nervioso y que yo debía de haberlo notado con tantos separatismos y apasionamientos políticos que amenazaban a un país que no se merecía tantos altibajos. Discutía con él que en Colombia con menos apasionamiento en las personas corría mucha más sangre.

Si bien comencé a estudiar ingeniería en Bogotá en 1970, al año siguiente acordé con mi padre que me iría a España a estudiar ingeniería naval. Lo hice porque ya él había metido en mi mente el amor por los barcos y la vida de los astilleros. Eso determinó mi futuro y si actualmente tengo la idea de haber apostado por el caballo perdedor, creo que mi preparación en ese terreno me permitió tener un mejor criterio sobre el mundo de la técnica y me adentró en el mundo de la historia.

Además me permitió durante más de 15 años estar a su lado y trabajar en los asuntos que eran de su interés especialmente actuando como Inspector independiente para los P&I y las casas clasificadoras de buques que él representaba. Me enseñó a ver los barcos como una interesante entidad jurídica.

Cuando estuve trabajando unos años en Cartagena de Indias, en un Joint-Venture entre el astillero Conastil de Cartagena y un astillero de Holanda, viajé a ese país al principio de los años 80 y eso causó en mi una grata impresión, pues vi en los Holandeses una forma clara de honestidad en el trabajo. Desde rezar al principio de unas reuniones de trabajo hasta el estar pendientes de si una lámina de acero naval no cumplía alguna característica técnica y hacían gastos increíbles para que todo estuviese en el lugar y en las condiciones que habían sido contratadas.

De estas cosas conversaba con Alfonso y me contaba su paso por la universidad y empresas de Boston. La forma de trabajar en Colombia, con escasa carga filosófica sobre el trabajo, la falta en todo momento de moral personal y colectiva en algunas personas y grupos humanos, contrastaba escandalosamente con ese comportamiento calvinista de mis compañeros holandeses.

Pero Alfonso veía que con el tiempo las cosas mejorarían en nuestro país hasta llegar a los niveles europeos. Yo sinceramente nunca lo he visto así y sólo espero que algún día el tiempo le dé la razón.En el trasfondo de todo eso estaba un concepto profundo que él tenía claro y que lo practicó siempre a lo largo de su actuar profesional y personal: Honestidad.

Es un concepto muy profundo porque todo lo que hoy veo malo en este mundo en mi actuar y en el de mis semejantes, es un problema de honestidad. Desde la honestidad religiosa hasta la honestidad profesional, hay un enorme abanico de campos donde poner en práctica ese concepto.

Quizá el concepto de honestidad y el deseo honesto de ser justo en el actuar día a día, llevaron a Alfonso a ser miembro del Club Rotario de Buenaventura. Lo fue hasta su muerte. Los 16 años que viví en ese puerto tuve la imagen del Club Rotario y mi padre como un sólido vínculo de él y sus compañeros.

En Buenaventura, Alfonso era una auténtica institución. Alguien me dijo una vez, quizá exagerando un poco, que cuando "El Capi" se ausentaba de Buenaventura, el puerto se paraba.

Con el tiempo aprendí mucho a su lado como Inspector naval, y también cuando estuve de Director técnico del puerto comercial. Fue una experiencia interesante y seguí sus consejos técnicos y el enfoque de aquella tarea.Por algunos años, con un viejo remolcador, el "Punta Campana", sobrante de segunda guerra mundial, con un poderoso motor diesel de 400 BHP y una barcaza comprados ambos con el objeto de llevar aceite de pescado desde Panamá y desde el Ecuador a Buenaventura y mucho cabotaje de gasolina y madera desde y hacia ese puerto. Hubo meses de 3 y 4 viajes redondos.
Su tesón y experiencia en el trabajo junto a mi juventud nos tenían hasta 72 horas seguidas en un trabajo de muchos frentes entre cabotaje, inspecciones y alguna salida al rescate de barcos en dificultades.Esta tarea al mismo tiempo nos permitió ver muchas cosas desde una perspectiva diferente. Estar al frente de un grupo de duros marineros con problemas graves que resolver en todo momento casi sin medios técnicos, con una orden dada de resolver los asuntos como fuera posible y en el que estaban involucrados asuntos muy costosos en barcos, mercancía peligrosa como dinamita que llevábamos desde Buenaventura hasta los muelles de la Industria Militar, la gasolina o el Kerosén, el salvataje de pesqueros ó barcos mucho más grandes. Alfonso me contó el cuento de "la carta a García" y la entendí solo cuando me tocó resolver problemas de trabajo que yo veía muy por encima de mis capacidades.

Pero todo esto dejó en mi cerebro imágenes hermosas y terribles al mismo tiempo, desde amaneceres en pleno Pacífico ó en las riberas de ríos imposibles, hasta el ver llegar el remolcador solo, con la noticia del hundimiento de nuestra barcaza. Ese duro golpe, debido al mal tiempo en el mar, lo vivimos dos veces, hasta que finalmente el "Punta Campana" trabajó solo, sin barcaza, en varios proyectos, hasta que fue abandonado por falta de trabajo más una dura competencia y se hundió en un muelle de Buenaventura.

Antes de ese hundimiento, Carlos, uno de nuestros expertos marineros murió a bordo del remolcador de un infarto. Ese fue un duro golpe para mi padre y yo, siendo un mal presagio para los días que habrían de venir.

Todas esas cosas, después de días tan llenos de aventuras y trabajo tan interesante, habían creado en mi una gran desesperanza y aburrimiento. Pero Alfonso tenía ese deseo de seguir trabajando sin dejarse deprimir. Para él la depresión era casi siempre una salida fácil de los flojos y vividores.

Alfonso llegó a tener varias propiedades y sin llegar a ser un hombre muy rico permitió que dedicara sus recursos a ayudar a mucha gente. En un momento determinado tenía una finca cafetera, un edificio de apartamentos en Buenaventura, un remolcador con su barcaza, la oficina de servicios navales, un restaurante y una heladería, una taberna al estilo europeo, un camión refrigerador, y otras cosas, que si las tenía era por la visión comercial de mi madre quien en la práctica manejaba todas las cosas.

Cuando él murió sólo tenía su trabajo como inspector naval y la finca que no producía más que gastos y que actualmente es la residencia de mi madre pues ella no soporta vivir en una ciudad sin muchas cosas que hacer como la finca se lo demanda. Alfonso había perdido poco a poco todo lo que había ganado en su vida. También perdió mi compañía y la de mis hijos al huir a esa España que como tabla de salvación no podía ser mejor.

Pero dejó un cariño muy grande entre los suyos, sus compañeros de la armada y del club rotario quienes desgraciadamente ya están desapareciendo poco a poco

 

Alfonso tenía el talante de un hombre conservador norteamericano. Recuerdo que en 1967, a la muerte de J.R. Oppenheimer la prensa norteamericana y en especial la colombiana, satanizaba al hombre que había inventado la bomba atómica. El pasado un poco de izquierdas del científico le apartó de los asuntos de estado al frente de la Autoridad atómica y las discusiones en mi casa con amigos de mi padre en esos años, con la guerra de Vietnam de fondo, causaron en mí una especial inquietud. Nuestras discusiones sobre aquello recuerdo que fueron muy acaloradas.

Le gustaba la música norteamericana que seguramente escuchó cuando era un estudiante en Boston. Amante de los boleros antiguos, de la cumbia y de los bambucos, también me enseñó a escuchar la música clásica y en casa constantemente el "toca-discos" nos sumía en las obras de Mozart, Vivaldi, Beethoven, Hendel y en los últimos años de nuestra estadía en Barranquilla escuchábamos a Stochausen, Ligeti, Bulez, y otros compositores de música serial, electrónica y similar. Los boleros lo transportaban a un mundo que sería el mundo de los amores de aquellos hombres que habían nacido en los años veinte. Su amor por los niños era proverbial y su absoluto respeto por las mujeres era típico de los hombres que habían nacido en la década de los 20 en Norteamérica.

Era por lo tanto muy conservador pero de trato agradable, sin dejar ver esa soberbia típica de la derecha militar suramericana ni la autosuficiencia de la derecha europea. Le disgustaba Franco y últimamente después de tantos años de ser partidario de los israelitas tenía un mejor criterio sobre los palestinos.

Esa deriva hacia posiciones más de izquierda coincidió con mi propia deriva hacia posiciones más conservadoras. Así que al final estábamos de acuerdo en muchas cosas que antes nos distanciaban. Me contó cuando había venido a España en un buque de la armada escoltando un buque de la Gran Colombiana con un cargamento de café que Colombia regalaba a la España castigada por su filofascismo en 1946. Se intoxicó con un vino barato y la actitud soberbia de los oficiales de la armada española lo puso en contra del gallego fascista que mandaba en ese país.

Conmigo tenía un trato muy formal. Nunca hablamos de sexo. Nos tratábamos de usted y algunas personas cercanas a ambos vieron un cierto distanciamiento siempre latente en nuestro trabajo y asuntos puramente familiares. Mi madre siempre ha dicho que nos tratábamos como dos personas que se conocen pero no se aprecian. Yo lo sabía pero esa era una pesada loza entre nosotros.

Nunca pude decirle que lo quería más que si hubiese sido mi padre carnal. Por ese agradecimiento que uno siente con las personas que desinteresadamente te han hecho muchos favores durante toda una vida, desde explicarme por qué flota un barco hasta contarme su visión de nuestro país ó desde pagarme una carrera universitaria hasta hacerse cargo de mis deudas cuando yo no pude hacerles frente.

Ayudó así a muchísima gente y siempre estuvo dispuesto a ayudar a sus hermanos y sus familiares de la misma manera que me ayudó a mí.

Su gran amor fue para él mi hija mayor, quien había nacido en Cádiz en 1974, siendo yo aún un estudiante en la escuela naval.

Hasta 1976 que regresamos con mi esposa desde España, mi hija tuvo en sus abuelos la imagen de sus padres.

A la niña la enviamos a Colombia con sólo un año de edad y desde entonces él y mi madre la tomaron como su hija y tanto mi madre como Alfonso la criaron siendo afectivamente más hija de sus abuelos que sus verdaderos padres.

Casi todas las cosas que me interesan hoy fueron puestas en mi mente por Alfonso. Desde la física de partículas hasta el ADN y desde las batallas de Temistocles hasta la historia mundial de la construcción naval. Tenía la enciclopedia británica, que había traído de Boston y me enseñó a consultarla.

Así que el ambiente de estudio en nuestra casa fue de un buen nivel y en esa Barranquilla de los años 60, con el proyecto Géminis norteamericano en curso, mi estudio en el colegio y mis lecturas marxistas, la construcción de pesqueros y remolcadores de río por parte de mi padre y el salón de belleza que mi madre había puesto en nuestra casa, todo esto tiene el sabor en mi mente de una época preciosa que hoy, con los nuevos adelantos de un mundo moderno traen con mucha fuerza la imagen de un hombre que me enseñó a tener esperanzas en el futuro como una forma de hacer frente a las adversidades y a sacar fuerza de flaqueza en el marco de una sencilla filosofía que consiste solo en ser honesto y justo en lo que se piensa, se dice ó se hace

JUAN JOSE MORENO MEJIA

Hijo de Alfonso Morcillo


 

                           CONSEJO DE HISTORIA NAVAL DE COLOMBIA

 

NUEVAS UNIDADES FLUVIALES

 

 

La Armada Nacional, en una tradicional ceremonia, bautizó y puso al servicio de su Flota, dos patrulleras de apoyo fluvial con los más altos estándares de calidad. Estas unidades, construidas en COTECMAR, Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval, Marítima y Fluvial, son el fruto de la experiencia y capacidades del personal y equipo de esta Corporación que buscando el incremento y fortalecimiento de nuestro Poder Naval esta creando una valiosa autonomía tecnológica en su campo. Las dos patrullaras fueron bautizadas con los nombres de ARC "TECIM FREDY PEREZ RODRIGUEZ" y ARC "TECIM EDDIC CRISTIAN REYES HOGUIN" y su diseño final de tercera generación es el fruto de la experiencia  real de unidades construidas anteriormente y probadas en el área, incluso en combate.

 

Sus características principales son:

 

Eslora                                                    40.30 Mts

Manga                                                     9.50

Calado Medio                                          1.30

Desplazamiento   373 Ton

 

En la ceremonia de bautizo, presidida por el señor Ministro de Defensa Dr. Juan Manuel Santos C., Señor Jefe de Estado Mayor Conjunto Almirante David Rene Moreno M. y del señor Comandante de la Armada, Almirante Enrique Barrera Hurtado, se hizo un especial homenaje a los dos oficiales que murieron en combate defendiendo a su patria y por cuyo valor y en reconocimiento a su sacrificio, la Armada ha dispuesto que sus nombres sean colocados a las nuevas unidades.

 

Una breve biografía de estos valientes héroes de la patria es la siguiente:

 

TECIM FREDY PÉREZ RODR�GUEZ

 

Nació en Bogotá el 17 de agosto de 1981 en el hogar formado por el señor José David Pérez Curtidor y la señora Clara Inés Rodríguez de Pérez. Ingresó a la Policía Nacional como Policía Bachiller de donde pasó a la Armada Nacional, Escuela de Formación de Infantería de Marina como alumno del Curso de Suboficial el cual terminó exitosamente siendo ascendido al grado de Marinero Segundo el 13 de diciembre de 2002. Sus excelentes condiciones personales y profesionales le permitieron formar parte del Curso Extraordinario de Oficiales de Infantería de Marina. No. 71, siendo ascendido al grado de Subteniente con fecha 30 de junio de 2006.

 

El 9 de octubre de 2007 en cumplimiento de labores de registro y control fluvial en el área general del Río Changüí, en el Departamento de Nariño, fue emboscado por un grupo de subversivos de la organización narcoterrorista FARC, murió heroicamente en cumplimiento de su deber, dando ejemplo de valor y heroísmo a sus hombres. 

 

La Armada Nacional, en reconocimiento al heroísmo del señor Teniente Fredy  Pérez Rodríguez, ha dispuesto que una de sus unidades a flote, la Patrullera de Apoyo Fluvial No. VII sea bautizada con el nombre de este valiente Oficial.

 

 

TECIM EDDIC CRISTIAN REYES HOLGUIN

 

Nació el 3 de junio de 1974 en la ciudad de Sincelejo, Departamento de Sucre, en el hogar formado por el señor  Carlos Hernán Reyes Moran y la señora Soledad Holguín Nuvia.

 

Ingresó a la Escuela Naval de Cadetes "Almirante Padilla", como cadete de Infantería de Marina  siendo ascendido al grado de Subteniente  el 1º de diciembre de 1997. En mayo de 1999 fue trasladado al Batallón de Asalto de I.M. No. 3 con sede en Bahía Solano, Chocó y asignado al Puesto Destacado de Jurado, como Comandante de Pelotón.

 

El 12 de diciembre de 1999, el Puesto Destacado de Jurado fue atacado por subversivos de la organización narcoterrorista FARC. El señor Teniente Cristian Reyes Holguín, quien se desempeñaba como Segundo al Mando de la Compañía Alfa, murió defendiendo el Puesto Avanzado de Jurado y por ende a la población civil de dicha población, dando a sus subalternos ejemplo de valor y heroísmo.

 

La Armada Nacional, en reconocimiento al heroísmo del señor Teniente Cristian Reyes Olguín, ha dispuesto que una de sus unidades a flote, la Patrullera de Apoyo Fluvial No. VIII sea bautizada con el nombre de este valiente Oficial.


RECUERDO GRATO DEL "CHILENO"     

Apreciado enfermero Pinto:

Me ha dado una gran alegría leer el pequeño reportaje que se le hiciera al vicealmirante Enrique Ospina Cubillos, a quien los reclutas del contingente 26 lo apodábamos "el chileno", pero sería injusto que no pusiera en conocimiento de los fuimos sus cadetes y de la comunidad naval colombiana  que él fue para con nosotros un verdadero  "caballero de los mares", como lo fue el almirante chileno Miguel Grau Seminario.

Lógicamente, esto no lo va a contar personalmente en su reportaje, pero realmente este oficial se distinguió por no ser "caníbal".  Cuando él estaba de guardia sabíamos que los castigos nocturnos casi se suspendían por algún motivo. Tuvo la paciencia de enseñarnos a cantar la canción chilena "yo vendo unos ojos negros", que todo el batallón entonaba cuando entrábamos al comedor.

Tuve la oportunidad de alternar con él, aquí en Lima, cuando estuvo haciendo curso de submarinista. Cuando vi su fotografía en la Cyber-corredera Nº 103, publicada junto con su esposa, inmediatamente mi disco duro saltó con el siguiente recuerdo, que es una verdadera anécdota. Seguramente él no la recuerde, pero yo la tengo fresca en la mente.  Del grupo de reclutas del 26, a Holdan Delgado y a mí nos seleccionaron para formar parte del equipo de natación, y todos los días a las 18:00 horas ibamos a  la piscina del Hotel Caribe, a entrenar. Al regresar, a las 21:00h  pasábamos de frente al comedor, a darle sin misericordia a los platos que el cocinero guardaba para nosotros. Nunca falló la comida, pero una noche, no la habían guardado.  !Horror! Nos teníamos que acostar con el estómago vacío. En perfecta fila india, y yo en la cola por ser recluta, nos encaminamos hacia el rancho número dos, se acuerdan?  Pero, oh milagro, cuando pasábamos por el comedor de oficiales escuché una voz costeña que dijo:--- tengo un bistec y cuesta una garra  (un peso); lógicamente me volteé, y vi que un cámara me presentaba un plato con un tremendo pedazo de carne. Pase cadete y cómaselo aquí debajo de esta mesa (del comedor de oficiales). Pero cuando estaba a punto de dar el primer bocado, escuché una voz que fuertemente decía:  "ronda nocturna por el oficial de guardia".  A los pocos segundos vi la luz de una linterna, era el oficial Enrique Ospina Cubillos, quien en compañía del guardiamarina de guardia estaban pasando la última ronda de la noche.  Inmediatamente con el susto, el hambre se me quitó y el estómago se me soltó.---cadete pase inmediatamente a su rancho que mañana hablamos. Fueron las escuetas palabras del oficial.  Lógicamente pasé una noche de perros, hasta que el "alza arriba " me puso en la realidad.  A las ocho de la mañana después de la izada del pabellón, se escuchó:---cadete Cepeda Silva Carlos Arturo.... al frente!. Pasé al frente y ante la mirada y oídos de todo el batallón, escuché cómo el oficial narraba las novedades de la noche anterior.  No recibí ningún castigo, pero a partir de ese momento quedé conocido por todos los cadetes, brigadieres, guardiamarinas, oficiales y secretarias de la Escuela Naval de Colombia. 

Carlos Arturo Cepeda Silva / 26-014

correo: ccepeda.silva@hotmail.com

Lima- Peru


PICARDIA MARINERA
Gustavo H. Suárez / 36-069

"Legión": Mucha gente se refiere en estas épocas a lo que alguna vez llevó por nombre 'legión' porque las 'legiones' originales estaban compuestas por un respetable número de soldados reunidos, variando en números entre los 4.200 y los 6.000 por cada una.
Estas eran las legiones del ejército Romano, grandes números de tropas divididas en diez gran cohortes por 'legión'. En Latín 'legión' es legio, derivado de
legere, cuyo significado es 'reunir', 'recoger', ó coleccionar.

"Logística": El Alojamiento jugó una gran parte en el origen de la logística, una palabra ampliamente utilizada en el sentido de organización de equipo, materiales y personal para asegurar que todos y todo lo necesario para una empresa en particular, estuviese en el sitio apropiado y en el momento preciso.
Originalmente 'logística' estaba limitada al uso naval y militar; un término derivado del Francés loger (alojar), del cual se deriva también el Inglés 'lodge'. Una de las labores primordiales del oficial de logística Francés era encontrar alojamiento suficiente para sus tropas.


En la próxima edición, veremos el origen de 'Magazine' y de 'Magenta' :-X

Viento largo y buena mar ...

   
                 CONDECORADO EL GENERAL GABRIEL PUYANA GARCIA

           PALABRAS DEL SEÑOR COMANDANTE DE LA ARMADA NACIONAL
                       ALMIRANTE GUILLERMO BARRERA,  EN LA CEREMONIA
                    
 Cuando se rinde un homenaje a un hombre grande, que ha luchado por su patria y se ha destacado además en el mundo académico, se hace justicia. 
En el caso del señor brigadier general ( r) Gabriel Puyana García, que ha recibido las mayores condecoraciones nacionales e internacionales, militares y civiles, ésta misión, por fortuna, ya está cumplida.
 
No obstante, la Armada Nacional de Colombia quiere hoy hacer un reconocimiento  a sus largos años de servicio a la Patria.
 
Por esta razón, hoy me siento más que complacido al tener la oportunidad de imponerle al general Gabriel Puyana García la Medalla de Servicios Distinguidos a la Armada Nacional, en nombre de los 32.000 hombres y mujeres de la Marina de Guerra de Colombia.
 
La trayectoria del general Puyana no es una trayectoria cualquiera.
 
Entre muchos cargos de gran responsabilidad, fue comandante de la Escuela de Caballería, jefe de estudios de la Escuela Superior de Guerra, Jefe de Personal del Ejército, Jefe de Operaciones del Comando General de las Fuerzas Militares, comandante de la Sexta Brigada, comandante dos veces de la Brigada de Institutos Militares, y Director de la Escuela Militar de Cadetes.
 
Combatió en la Guerra de Corea, fue oficial de enlace en Tokio, oficial de estado mayor representante de Colombia en Egipto, y agregado militar, naval y aéreo en Chile. Además, es graduado en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, y se ha desempeñado con éxito en el mundo académico, particularmente en el fascinante campo de la historia.
 
Autor de varios libros y biografías, es miembro de un número de importantes academias, incluyendo la Academia Colombiana de Historia, y miembro Honorario de la Academia Colombiana de Historia Militar.
 
Ya en uso de buen retiro, no ha dejado de servir a sus Fuerzas Armadas y a sus compañeros de milicia a través de sus principales asociaciones. Fue presidente de Acore, de Confecore, y en la actualidad preside la Sociedad Bolivariana de Colombia.
 
Mi general Puyana:
 
Hoy quisiera, en nombre de los marinos de nuestra patria, agradecerle su destacada contribución, como militar y como historiador, al brillo de nuestras Fuerzas Armadas, y muy particularmente, de la Armada Nacional.
 
Con su pluma dio realce a las hazañas de los marinos colombianos en la Guerra de Corea y en el llamado conflicto amazónico, eventos que forman parte fundamental de nuestra historia naval.
 
Desde el retiro, además, ha liderado plausibles iniciativas en beneficio del personal de nuestra institución.
 
Usted, mi general, ha ayudado a consolidar la gloria militar de los marinos de Colombia, dignificando su historia, y resaltando su honor y su coraje.
 
Por eso hoy le expresamos nuestra admiración y reconocimiento.
 
Para fortuna nuestra, los hombres de armas, en medio de nuestra difícil misión, tenemos un apoyo fundamental que nos ayuda a cumplirla: la familia.
 
En su caso, mi general Puyana, ha tenido la bendición de consolidar un hermoso hogar con su esposa, doña María Cristina Paz, y sus hijos Juan Carlos, Luís Ernesto, Gabriel Fernando, Sergio Eduardo, y sus respectivas familias.
 
Me siento, de verdad, muy feliz al tener hoy el privilegio de hacer un reconocimiento a una  persona tan cercana a nuestra institución y tan valiosa para el país.
 
Gracias, señor general Gabriel Puyana García; gracias, doña María Cristina Paz de Puyana.
 
¡Los marinos de Colombia los saludan!
 
Muchas gracias

Palabras del General Gabriel Puyana en la ceremonia al serle impuesta la MEDALLA SERVICIOS DISTINGUIDOS A LA ARMADA NACIONAL el pasado 05 de marzo por el señor Almirante Guillermo Barrera Hurtado, Comandante de la Armada Nacional

En 1962 hace casi medio siglo, en mi grado de mayor, cuando procedente de una de las zonas de orden público pasaba por uno de los pasillos de este edificio, me encontré de improviso con el entonces Ministro del Defensa el señor Gral. Rafael Hernández Pardo. Dos días antes  un ayudante indiscreto (Dada nuestra amistad), me había informado extraoficialmente que acaba de ver el Decreto firmado por el Ministro en el que se me otorgaba la Cruz de Boyacá.

 

Mi sorpresa fue inmensa., especialmente por mi condición de simple mayor del Ejercito; lo saludé y sin saber como, quizás con un poco de arrebato, me atreví a manifestarle que me había enterado de la distinción que se me había conferido, que me sentía muy honrado, pero también muy sorprendido. El Ministro, me puso la mano en el hombro (pues éramos amigos a pesar de la enorme distancia jerárquica) y me contestó:

 

-¡Mire Puyana, con sus actuaciones en el Norte del Valle usted me puso en un gran dilema: o lo botaba del Ejército o le daba la Cruz de Boyacá!  Resolví lo segundo y realmente no se si me arrepienta. ¡Nunca supe si se arrepintió o no,      espero que no lo hiciera!.

 

Hoy he querido iniciar mis palabras con esta breve anécdota, pues con el señor Capitán Juan Ricardo Rozo, me ocurrió algo similar cuando me adelantó, (claro que con la debida autorización) esa gallarda como inesperada determinación del señor Almirante Barrera, que luego me corroboraría el mismo por contacto telefónico. ¡Fue tan inmensa la sorpresa, como tan grande el honor que me dejó un tanto apabullado!

 

En contra de lo que acostumbro, he preferido escribir estas palabras, por cuanto temo que la emoción me enrede el pensamiento y me trabe la voz , dado que en la actualidad vivo ese momento de las "juventudes acumuladas que algunos llaman Vejez "..y por eso prefiero leer esta breves líneas:

 

Hago un esfuerzo para intentar ser breve. Realmente es difícil encontrar palabras que puedan traducir la resonancia de mi corazón, no solo para expresar mi gratitud, sino mi orgullo de soldado y mi emocionada complacencia de la que intensamente participan, mi esposa Maria Cristina, así como mis hijos, Luís Ernesto y Sergio Eduardo presentes aquí y Juan Carlos y Gabriel Fernando distantes al igual que sus esposas Kirstin y Catalina, mis nietos Jacob y Pilar Sofía, pero anhelantes en mi espíritu, mi nuera Carolin, aquí también con nosotros con mis nietecitas Isabel y Anamaria, mis hermanas Gloria, Gilma, Inés y Maria Eugenia y todos, todos los míos, ante la honrosa distinción que la Armada de Colombia me dispensa mediante este gesto generoso de su Comandante el señor Almirante Guillermo Barrera Hurtado al conferirme la Medalla DE Servicios Distinguidos a la Armada Nacional, que además, se enaltece con la presencia de altos jefes de nuestras FFMM y la de algunos de mis compañeros y amigos de toda la vida entre los cuales distingo a los almirantes Ospina, Jaramillo, Barona, Cediel. los Generales Valencias, Ibáñez y otros mas que seria largo mencionar. Sentimiento de fraternidad.

 

¡Quienes aún tienen o tuvimos, el privilegio de ejercer este bello oficio de las armas que hace siglos Calderón de la Barca, calificara como una "simple religión de hombres honestos" llamada milicia, ya fuera de la tierra, de los cielos o de las aguas, nos sentimos entrañablemente unidos y esencialmente hermanados en nuestro yo intimo por nuestros ideales, sueños comunes satisfacciones y nuestros sacrificios y así quise expresarlo al escribir el Himno de Acore en cuya primera estrofa del Coro inicial, dijera: 

¡Soy soldado de ayer y de siempre,-

Navegante del cielo o del mar

Nos hermana la misma bandera

Que la entraña se siente ondear.

 

Y para terminar (haciendo la añoranza de los viejos tiempos) cerrara as:

 

¡Todo aquello quedo en el recuerdo

De la patria persiste su voz

Que en el fondo del alma nos llama

Con vibrar de clarín y tambor!

 

Y para exaltar a la Armada escribí dos de sus estrofas la V y

la VI que fueron, o son estas:


                       V

¡Sobre el pico más alto del mástil

Se despliega el insigne pendón

Y el azul de las agujas refleja

Oro y sangre de un mismo arrebol!

                      VI

Hay nostalgia de puertos lejanos.

De canciones, de besos y amor

Y en la jarcia se enreda una imagen

 Mientras se oye del mar el rumor 

Es oportuno comentar que en el Club Naval de Cartagena cuando di a conocer públicamente por primera vez e esta letra recitando el himno, pues no se había compuesto la música, surgió un murmullo de protesta entre las jóvenes esposas de los oficiales navales. por aquello de la evocación de los besos de amor engarzados en la jarcia.

 

Como país joven con existencia propia, que apenas se aproxima a dos siglos, nuestra instituciones militares tuvieron un origen casi simultaneo y relativamente común, pues con las primeras  unidades del 23 de Julio de 1810 en Santa fe de Bogota , nacían también las milicias de Cartagena, de Mompos , de Pamplona y del Socorro. De ahí que nos refiramos a José Prudencio Padilla como general del Mar. Fue el Almirante Oscar Herrera quien lo exaltó a Almirante.

 

Y en el último siglo especialmente a raíz del conflicto con el Perú, fue nuestra Escuela Militar del Ejercito de donde buen número de oficiales fueron integrando los cuadros de las demás fuerzas. Los de Artillería en su mayor parte fueron a los cañoneros del Sur para lograr el triunfo de Güepí y varios de caballería dejaron sus caballos para  convertirse con al ayuda de los alemanes en los primeros pilotos .de nuestro componente  aéreo

De ahí que en nuestra generaciones (que podemos llamar con cierto vanidad contemporáneas, fueron no pocos los compañeros de Escuela Militare o subalternos que llegaron a las altas jerarquías de las otras Fuerzas y así se afianzo esta inmensa confraternidad que se ampliara con nuestros cursos conjuntos en nuestra Escuela de Guerra.

 

Pero con la Armada, fue esencialmente la Guerra de Corea, la que entrecruzó nuestras vidas e hizo uno solo, nuestro propio destino allende de nuestras fronteras. Recuerdo como profunda nostalgia y muy caro recuerdo el mes de abril de 1952, cuando después de un año en el frente de Guerra, se me destinara a 1a oficina de Enlace con el Comando del Lejano Oeste, donde pudimos fraternizar con nuestras compatriotas navales , con el entonces Capitán Veron, con los tenientes Jaime Parra. Oscar Herrera, Manuel Guillermo Torres, Calderón y muchos otros mas

Allí a bordo del Almirante Padilla, no pocas veces intercambiamos nuestros relatos , nuestras emociones , nuestras añoranzas y mas tarde al regresar, viviríamos el inmenso orgullo de que a partir de esa vivencias habrían de referirse al Ejercito y al Armada , después de Corea, para resaltar un etapa decisiva de lo que fue  el progreso y el proceso de modernización de nuestras dos Fuerzas.

 

Muy joven, desde en mis años de jinete activo, siempre encontré una afinidad anímica y muy profunda entre el soldado de caballería (lógicamente también de Infantería) en su sueños legendarios de la epopeya magna, con los marinos el supremo instante del abordaje, con sus de cargas de sables y de  lanzas que hicieron posible la republica y esos cruentos asaltos en el mar. Y esa misma ardentía y coraje de los lanceros de Queseras del Medio, del Pantanos de Vargas, de Boyacá, de Carabobo y de Junín, la vi. reflejada en quines en la inmortal batatilla del Golfo de Maracaibo rubricaron con sus vidas o su sangre la culminación de obra de la libertad suramericana..

 

Ese intenso amor a la gloria militar al que varias veces se refirió Bolívar, es sin duda lo que nos compenetra a los hombres de armas y nos impulsa a morir de pie , con el grito de ¡patria" entre la boca como lo dijera Enrique Villar.

¡Y fue por eso, que sin desconocer la anécdota del vale de la Servilleta que el preclaro jefe de Caballería General Revéis le firmara al almirante Eduardo Lemaitre, por la relación jerárquica que con el mantuviera, como por la admiración y sincero afecto tanto por con él como por su esposa Gloria, me llevó a escribir esos dos sonetos al Velero Gloria que seguramente ustedes conocen y que de mi puño y letra entregara a mi entrañable amigo el Almirante Jaime Parra y en versión de pergamino a mi compañero de Curso de Altos estudios, Almirante Benjamín Alzate quien estaba presente cuando escribí esas líneas, en las que exalto que ese bajel encarna la imagen de la Gloria, de esa gloria militar que sueña y anhela el Guerrero, sea del mar, del cielo o de la Tierra!

Finales.

 

íHoy al recibir este preciado galardón, recuerdo, pero también amplío, las palabras del Mariscal Liauthy cuando expresara que la presea más significativa del jefe "no es la que se ostenta en el pecho, sino la que se vislumbra en la mirada agradecida de sus subalternos"

 

Señor Almirante su gesto, me hace percibir que también en sus ojos y en el de sus hombres a su mando se advierte un sentimiento no de gratitud  porque no existe razón para ello, pero si de sincero reconocimiento a lo que es, ha sido y seguirá siento mi entrañable amor por la Armada de la patria que tanta gloria le ha dado a Colombia..

¡Muchas gracias!

 

Al velero ARC - "Gloria"

 

Primer Soneto

1

Tu nítido perfil de carabela

Evoca los pendones de Castilla,

Y un ímpetu de raza se revela

En el bauprés que apunta hacia la orilla.

2

De altivez y emoción hinchas tu vela

Bajo el numen heroico de Padilla,

Y el signo de la Cruz, deja tu estela

Tras el certero rumbo de tu quilla.

3

¡Colombia!, desde el pico de mesana

Despliega su grandeza soberana

Sobre el claro esplendor del oleaje,

4

Y la deidad sublime de tu nombre,

Es el anhelo máximo del hombre

Que sueña en el fragor del abordaje.

 

 

 

Segundo Soneto

1

Bajo el beso del sol, entre la arena

Duerme el ancla sus sueños de victoria

Y ante el pétreo mirar de Cartagena

Eres viva semblanza de su historia

2

Un ensueño lejano de sirena

Hace olvidar la tropical euforia...

Y tu alma, que es alma de morena

Se encarna en la silueta de la Gloria

3

En el complejo atuendo de la jarcia

Se resume el encanto de tu gracia

Que cópiase en el piélago profundo...

4

Y en remembranza de gloriosa hora

Jalonas con el largo de tu eslora

Los anchos mares que te ofrece el mundo

 


CADENETA... PUNTO... CADENETA...
el "chisme" al servicio de la Familia Naval

LANZAN LIBRO ELECTRONICO SOBRE ASPECTOS MARITIMOS Y PORTUARIOS
Posiblemente la semana entrante saldrá publicado como libro electrónico y en papel, un importante libro sobre la realidad colombiana en materia marítima y portuaria, que explicará a los colombianos la causa por la cual se vive de espaldas al mar, cuyo autor es Jaime Sánchez Cortes.

 
ZAFARRANCHO GRAFICO
ALMIRANTE ERASO CUMPLIO 93 AÑOS EN MIAMI

 

El pasado dos de febrero cumplió 93 años el señor Almirante (h) Jaime Eraso Annexy. El cumpleaños fue celebrado posteriormente, por esperar la llegada de algunos familiares a Miami,  para contar con  la asistencia de cuatro generaciones y algunos invitados de la familia, entre los cuales se encuentra el CC  Jairo Quiñónez, corresponsal de Cyber-corredera en Miami. 

El almirante Eraso es el oficial naval de más edad, el más antiguo comandante Armada y pertenece al ya formado Club de los Noventa,  pues en 2009 cumplieron más de 90 años los almirantes Orlando Lemaitre, Calm. (h) Julio Cesar Reyes y CC Marcos Ariza compañeros del mismo contingente.

                                              CYBER-FELICITACIONES


"GLORIOSO" CURSO IM 003

CONTIS DEL "GLORIOSO" 72 EN MIAMI
Mi nombre es Luís Buelvas y fui cadete naval del contingente 72 y me gustaría que publicaran esta foto acerca de la reunión que tuvimos en la ciudad de Miami en feb 21 del 2009. Parte fue para invitar al Sr. Contralmirante Hernando Wills, quien estuvo en esta ciudad. De izquierda a derecha: Antonio Martínez, Carlos Urzola, José F. Mazuera, Luís E. Buelvas, CA Hernando Wills y Alfredo Parody. Muchas gracias y buena mar!!
                                               Luís E. Buelvas / 72-007

CONTIS DEL TAMBIEN "GLORIOSO 42" EN CARTAGENA
Varios contis del curso 42 se reunieron en Cartagena y dentro de sus actividades realizaron agradable cena de compañeros el pasado 22 de marzo. En las dos fotografías aparecen disfrutando de exquisitas viandas. 
CUMPLEAÑOS DE CARMENCITA DE SOTO
En Cartagena, el pasado  9 de marzo, en el famoso restaurante "Marielaure" a Carmencita de Soto, le celebraron su cumpleaños. La risueña cumpleañera, aparece rodeada de su esposo Almirante Mauricio Soto, CRIM Chepe Calderón y su adorable madame Guillot. Cyber-happy birthday Carmencita... 

CAMPEONATO DE TENIS
Se terminó el primer campeonato abierto de tenis en Club Naval, con la participación de 230 tenistas Cartageneros, en  todas las categorías masculinas. Se destacó el nivel técnico y competitivo de los participantes. Es importante resaltar a Carlos Andrade quien fue "Campeón de los Veteranos" y a Chucho Castañeda como subcampeón. Mario Vanegas brilló por su espíritu deportivo. Muchas Cyber-felicitaciones

BODAS DE ORO HERNANDO TORNET Y ANA MARIA
Emocionante la celebración de las Bodas de Oro y de amor de Hernando y Ana María, en el Club Naval, con Santa Misa, comida bailable, mariachis y sobre
 todo la amabilidad de los anfitriones.
 Los anfitriones Ana María y Hernando Tornet, con sus hijos Ivone, Hernando y Jacqueline. Muy linda reunión que ofrecieron  Cyber-felicitaciones de ORO

MATRIMONIO O´CONNELL - RINCON
En Cartagena, en la Iglesia de San Pedro Claver, se unieron para siempre Irene
Rincón (hija del Vicealmirante Rincón y Julita) y Brian O´Connell.
Seguidamente los asistentes se dirigieron al Club Naval donde se realizó hermosa recepción. Felicitaciones y bendiciones para esta linda pareja

CYBER-CORREO DE LA  ARC "LULU"
  
SOLO SE REQUIERE SU AMABLE Y GRATA VINCULACION
Estimados señores de la Cyber-corredera muy buenas tardes, yo, Ã?lvaro Sossa Vélez, actualmente  Capitán de Altura, quisiera recibir la publicación de la corredera por este medio.
Este es mi E- mail alvarosossa@gmail.com .
No se si se requiera de algo más, de ser así me gustaría conocerlo.
Saludos
Capt de altura Ã?lvaro Sossa Vélez / MC 25-020    

IM DESDE CONNECTICUT BUSCA SUS COMPAÑEROS
Apreciado Enfermero Pinto:
Por medio de su publicación, quisiera que me ayudaran a localizar y contactar a mis compañeros de la Clase Infantería de Marina - Contingente IM-20. (ingresamos en 1981)
Hasta el momento solo se de dos de ellos que están activos: Coroneles William Ruiz y Bautista Carcamo, y con los cuales quisiera comunicarme, pero no tengo sus emails y pienso viajar a Cartagena en mayo. Por favor de agregarme a su tan prestigiosa lista de Cybercorredera virtuales. De antemano muchas gracias, y lo mejor para todos sus fieles lectores.

Cesar Zapata / IM 20-020
zapata.cesar@gmail.com
Connecticut, U.S.A.

ACTUALIZADO PARA QUE SIGA DISFRUTANDO
ENFERMERO PINTO:POR FAVOR  ACTUALIZAR A MI NUEVO E-MAIL  capimadrid@gmail.com PARA PODER SEGUIR DISFRUTANDO DE TODAS LAS EDICIONES'ATENTAMENTE:
capitán Orlando Madrid Trujillo / 42-082
CONTI DEL 72, FORMER NAVY AND ELECTRONIC ENGINEER IN FAA
Estimado Enfermero Pinto:
Mi nombre es Luís E. Buelvas del glorioso conti 72-007. Vivo en Miami,FL hace 31 años. Estuve 4 años en la marina de USA. Soy ingeniero electrónico y trabajo para la Federal Aviation Administracion (FAA). me gustaría ser miembro de la cyber corredera.
Gracias y buena mar!!!

Luís Buelvas / 72-007.
luchinb@yahoo.com

ESPEJO EN LA GUARNICION DE CARTAGENA
Acuso recibo extraordinaria edición cybercorredera 102. Desde la Seccional de Personal de la Guarnición de Cartagena a sus completas órdenes.
CN Luís Hernán Espejo Segura / 84-053

BUEN COMPAÑERO
Hola para todos,
Mis queridos compañeros de la ENAP, y de la ARC no se si ya reciben esta distribución electrónica que la envía el enfermero Pinto.
Pero por si acaso, ahí los dejo con la edición 103, de la Cyber-Corredera!
Que tengan un gran día y un buen comienzo de semana y mes!
Saludos,
Gabriel A. Ortiz

OBLIGANTE SUSCRIPCION
Estimado enfermero Pinto:
Eduardo Jaramillo Castañeda ejarhunter@hotmail.com excadete naval desea recibir la Cybercorredera que usted con tanto éxito dirige.
Ruego incluirlo dentro de la relación de suscriptores.
Luís Carlos Jaramillo Peña / 21-070
Enfermero Pinto buenos días
soy el TNRN José Luís Hurtado Guerra miembro del contingente naval NA74. Adicionalmente pertenezco a la reserva naval del pacifico.


SERVIDOR IMPIDE CYBER-DEGUSTACION DE AMABLE SUSCRIPTOR
Apreciado Enfermero:
Cuénteme por que me tiene blanqueado con la cybercorredera, ahora que ya tengo tiempo para saborearla.
Un abrazo
Hernán Galvis R. / 19-013
SUSCRIPTOR CYBER-AGRADECIDO
Enfermero Pinto
Mi nombre es Carlos Gustavo Jiménez Sánchez  NA 42-074 . Me retire como Teniente de Fragata en Dic 76   Agradezco me incluya en los suscriptores de su excelente medio de comunicación de la familia naval.
Cordialmente,
Carlos Jiménez S. / 42-074

CYBER-ASIDUO SUSCRIPTOR
Apreciado Enfermero Pinto.
Muy agradecido con el envío periódico de la Cyber-corredera, me declaro un seguidor asiduo de sus comunicaciones, las cuales fortalecen nuestros lazos fraternos como hijos de la Escuela Naval de Cadetes de Cartagena. Es muy agradable leer comentarios de amigos de los cuales he vuelto a saber gracias a esta excelente cadena de información y contactos.
Capitán de Altura  Ricardo Izquierdo G. / MC 31-018

CR IM VINCULA CAPITAN DE ALTURA
Estimado enfermero Pinto, el señor Capitán de Altura Jorge Ospina del curso M-06 esta interesado en vincularse, les anexo la dirección electrónica para tenerlo en cuenta en sus próximos envíos.
Saludos cordiales,
CR Jaime Alejandro Hoyos / 59-010

CYBER-FELICITACION
Estimado enfermero Pinto, junto con una felicitación por tan excelente labor, anexo le envío la información solicitada.
CN Manuel Ricardo Londoño Riani / 54-007

CONECTADOS E INFORMADOS
Apreciado Enfermero Pinto:
Muchas gracias por el trabajo que se toma siempre para mantenernos a todos conectados y bien informados.
Los siguientes son mis datos:
CF Jorge Alberto Gaviria Jaramillo/ 80-043 
HANSACOL TRADING S.A.

SANTIAGO ARANGO EN LOS MARINES
Bueno mis queridos amigos.
Ayer Santiago, mi hijo, juró como aspirante de los marine's en USA.
Durante tres meses tiene que presentarse dos días en la semana acá en (Atlanta) para un entrenamiento físico; luego en septiembre viaja a Carolina del Norte a la base de los Marines, por tres meses (los mas duros) y luego es posible que continúe estudios universitarios en una base de Florida, posiblemente  Pensacola.
Los tendré al tanto.
Un abrazo
Francisco Arango / 42-006

Cyber-mascaron de Proa
 
 
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