Informativo
virtual para integrar la familia naval
colombiana
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![]() ![]() ![]() Nº 112
Noviembre /
2009
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Unidos por el mar
y exhaustos
por el ultimo
poste |
PROLOGO
He aquí relatos de historia, desapasionados, eruditos y amenos. Esta agradable obra ofrece algunos de los mas importantes acontecimientos de nuestros sucesos y tradiciones navales. En esto reside la intención de su notable autor, por la investigación, variedad y amplitud histórica, sin precedentes de síntesis y diversidad. Los nueve relatos que se presentan, tienen la trascendencia de mostrar la generosidad del Capitán de Navío Ricardo García Bernal, al dedicar la mayoría de su tiempo como oficial retirado de nuestra marina de guerra a investigar, consultar y escribir con libertad, responsabilidad, fecundidad y osadía, temas de la historia naval y fluvial, aparentemente impenetrables u olvidados a fin de obsequiar a sus lectores caminos nuevos para degustar el pasado.
Un
país como Colombia, con dos océanos, con muchos ríos de
diferentes caudales y longitudes, prácticamente tiene su historia marina
completamente virgen. El Capitán García Bernal no cuenta con antecesores que
hubiesen despejado la marana para lograr una verdadera visión del pasado en los
temas que trata. Los relatos aquí plasmados, plantean en efecto, cuestiones que
despertaran curiosidad e incitaran a otros investigadores a navegar en estas
profundidades aun desconocidas de nuestros anales.
La
limitación mas notable de la historia naval
colombiana es la escasez de
investigadores y cronistas. Los únicos tesoros con que actualmente se
cuenta para conocer
algunas historias, relatos y memorias de nuestros héroes, de nuestros mares y
ríos han sido escritos por Eduardo Lemaitre, Jesús C. Torres Almeida, Capitán de
Fragata Agustín Smith, Capitán de Navío Luis Carlos Cajiao Candía, Vicealmirante
Eduardo Wills Olaya, Capitán de Navío Oscar Herrera R., Contralmirante (h) Julio
Cesar Reyes Canal, Capitán de Navío Enrique Román Basurto y por el autor del
presente trabajo, Capitán de Navío Ricardo García Bernal. Por nuestra tradición
hispánica, estamos inclinados a rememorar el pasado, grabando el sueno flotante
de nuestras epopeyas y semblanzas en revistas, libros y documentos.
Los capítulos relacionados con las operaciones navales en la guerra civil de los Mil días, la separación de Panamá, la navegación en el rio Magdalena y algunos puertos, arrojan luz sobre hechos que todavía mantienen respuestas inciertas. Son temas inagotables que, al ser casi desconocidos, despiertan pasión y motivan su lectura. No es solo el pasado lo que encanta, sino la seducción enervante de acontecimientos importantes que ocurrieron y sacudieron la Patria. A lo largo de la ultima mitad del Siglo XIX y la primera del XX, todo fue delirante, violento y excitante. Solo quienes vivieron esos lapsos de valor, aventura y lucha, pudieron concebir el resurgir de Colombia.
Conocer los orígenes de nuestra Armada Nacional seduce y especialmente a los marinos apasiona. La verdad ha sido avara con este tema y las especulaciones prodigas en conferencias, escritos y oficios recientes. Aquí el historiador García Bernal hace un recuento detallado de las diferentes situaciones, épocas y decisiones que es como debe tratarse el asunto sin pontificar, presumir evidencia y dogmatizar.
El capitulo sobre el origen de la Oración del Marino, transporta al lector al ambiente ascético en el cual los marinos de Colombia son formados y contrasta con la disipación presente de otras disciplinas. No existe la oración del abogado, ni del economista, ni del medico. Esa sublime plegaria acompaña desde 1964 a los cadetes navales y se recita, todas las noches, en la plaza de armas de la Escuela Naval, para alabar e invocar al Señor del Cielo y del abismo, a quien obedecen los vientos y las olas
Ricardo García Bernal, mas que historiador, a nuestra usanza, mas que oficial naval en uso de buen retiro, ha sido siempre intelectual, erudito y estudioso. Su pensamiento sensato y prudente ha sufrido transformaciones dentro de cierto tono y estilo, desde cuando en su primera juventud, siendo estudiante del Gimnasio Moderno, colaboraba fervientemente en la famosa y tradicional revista del colegio El aguilucho, entonces bajo la inspiración de don Agustín Nieto Caballero; luego, como Cadete y Guardiamarina de la Escuela Naval, su aporte a la famosa Corredera fue valioso e importante. Pero en realidad, la ideación y orientación no han variado a través de los anos. Su resplandeciente foco de actividad intelectual ha sido la historia naval y se ha mantenido, siendo autoridad en el tema.
Todas las piezas que aparecen en este libro son admirables como elaboración literaria e inspiradas por su tonificante filosofía de investigador. El Capitán de Navío García Bernal, luego de haber sido un hombre de mar y de guerra, disciplinado y recto, se acerco a la vida civil con la misma intención y actitud. El es, por naturaleza hombre dinámico, que recibe, aprecia, goza y agradece los dones de la naturaleza; que quisiera compartir esos dones y esos sentimientos con todos. Ha sido ejemplar miembro de familia, generoso y servicial amigo; y nunca, como militar, consintió pasión mezquina. Esas cualidades de su temperamento, se reflejan en el interés que le puso a este libro, a través de una prosa cautivadora. Es un obsequio que el Capitán de Navío Ricardo García Bernal le entrega a la historia de Colombia y a todos los amantes de la cultura.
Jorge Serpa Erazo
Vicepresidente Consejo de Historia
Naval
DE :
COHISNA
PARA:
CYBERCORREDERA FECHA: 23
de noviembre de 2009
Apreciado
enfermero Pinto:
Me
agrada comunicarle que su gestión a través de la
Cybercorredera para completar
la colección de la revista de los Cadetes Navales
La
Corredera, ha empezado a dar resultados pues ya hemos
recibido el valioso aporte del señor Capitán de Altura MANUEL
ARANGO E., a quien expresamos nuestro sentimiento de gratitud.
Esperamos que muchos mas miembros de la Familia
Naval se sumen a esta campana que tiene como fin la
recuperación de estos documentos que contienen la parte mas importante de
nuestra memoria histórica como lo es la historia de la Escuela
Naval, vista por sus propios protagonistas, los Cadetes
Navales. Atentamente, Vicealmirante
(r) CARLOS E. OSPINA CUBILLOS Presidente
Consejo de Historia Naval Mi padre el
General Hernando Mora Angueyra, ejerció el mando de la Armada en su cargo de
Director General de Marina, entre el 1 de febrero de 1942 al 1 de
septiembre de 1944, por un encargo personal del Presidente Eduardo Santos, ese
cargo tan importante lo ejerció con el grado de Teniente Coronel del arma de
Artillería. 1
Contribuir muy estrecha y activamente en la defensa del Canal de Panamá asediado
por los sub-marinos alemanes; en plena Segunda Guerra Mundial .Por el
buen desarrollo de esta actividad de la Marina de Guerra, mi padre fue
condecorado en 1943, en mitad de la guerra, se puede decir en medio de los
combates, con la Cruz LEGION OF MERIT, por el Presidente Roosevelt,
por las acciones intensas e intrépidas desarrolladas durante la primera
parte de su comando. En ese preciso momento no se sabia quien ganaría
esa terrible guerra. Los
americanos, como lo han hecho siempre, mantuvieron una intensa colaboración en
todos los ordenes para mantener activas las unidades de la Marina, especialmente
los Destroyers Caldas y Antioquia. 2 - Realizar
una planeación estratégica de la Armada, que contribuyera a su desarrollo dentro
de las Fuerzas Militares, y dejara de ser una entidad de segunda
categoría, frente al Ejercito. Logro que cuando abandono el cargo,
para ejercer como agregado militar en Washington, la guerra continuaba y aun
había la duda de quien triunfaría, dejo por primera vez en la historia moderna
de la Marina, que su Comando fuera ejercido, en su reemplazo, por un
oficial Naval, con el grado de Capitán de Fragata. El Planeo las
siguientes Bases. (Únicamente existía la de Cartagena; la Marina no tenia otro
campo de acción): 1-
Barranquilla. (El la dejo operando, a pesar de la oposición inicial del
Presidente López) 2- La Base
Naval del Pacifico, hoy Bahía Málaga. 3- La Base
Fluvial de los Llanos. Funciono un tiempo en el Meta. Torpemente fue eliminada.
Cuanto hubiera servido contra la Guerrilla. 4- Base Naval
del Golfo de Uraba. 5- Base Naval
de Tumaco. 6- Base Naval
de San Andres 7- Base Naval
del Sur. Puerto Leguizamo. (Su preferida. Fue el Comandante del Glorioso
Cañonero Cartagena en la Batalla de Guepí.) 8- Aviación Naval. Inicialmente se contaba con aviones
Americanos con sede en Panamá. Es posible
que se me escape, alguna otra. Creo contribuir a quien se deba atribuir la idea
inicial de una Base en el Pacifico. Aunque hoy
tenga apariencias absurdas, los principales opositores de esta Planeación fueron
los oficiales Navales. La razón: no querían salir de Cartagena.
Atentamente, Hernando Mora
González. morage2001@hotmail.com (Estoy a la orden para
completar o ampliar esta
información.)
La responsabilidad le obligaba a dos razones
fundamentales:
DE UN APRECIADO PINGO...
Enfermero Pinto:
Expresole agradecimientos por la informacion recibida.
Sea la ocasion para desearle a la Familia Naval una Navidad hogareña plena de alegria y un venturoso 2010.
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