Unidos por el mar y exhaustos por el último poste |
No 59 Abril / 2005 |
Informativo virtual para integrar la familia naval colombiana |
EL "NORTE" EL TEMPORAL MAS TEMIDO
El mar había amanecido en un estado de calmosa inestabilidad. Podría decirse que casi tan calmado e inestable como el espíritu del Capitán. Las nubes, como dibujadas a trazos desesperados por un pintor que impaciente no sabe como finalizar su cuadro, también parecían querer correr, perderse en el horizonte desplazadas por el viento, antes de ser testigos de lo que se presentía.
Se había hablado mucho en
los días precedentes de
que se venía EL
NORTE, el temporal más temido de
todos los marinos en
el Golfo de
México, pero éste no
aparecía. Amenazas de
lluvia, cielos con nubes tormentosas y
amenazantes, vientos silbadores y
de malos presagios, pero al
final, nada. En
el puerto, se
habían tomado todas las precauciones posibles para soportar un
mal tiempo. Era la
época, diciembre y
todo indicaba que tenía que aparecer, que en
cualesquier momento sorprendería, pero nada pasaba. El barco, había finalizado sus reparaciones en
el dique seco y
ya había estado en
el muelle llenando sus bodegas de
carga general para el
Caribe y para el
Sur, en el
puerto de Veracruz, México.
La estada en el puerto por casi veinte días había tornado a los marineros en algo tardos para reaccionar pese a su anterior entrenamiento y hubo necesidad de halar un poco aquí y otro poco allá, las orejas de cada quien para que la maniobra de salir del dique hacia el muelle y el posterior atraque a éste, no resultara en un auténtico desastre.
EL PILOTO Y EL CAPITÁN
Desde luego, el Piloto, un viejo Capitán mexicano, contribuyó a hacerlo todo más difícil, ordenando más de cien movimientos a la máquina, que quedaron registrados como un récord en el Libro de Campana del buque.
Pero ya se había desembarcado el Piloto, el mismo viejo marinero que sacó el buque del dique al muelle, por una extraña y terrible coincidencia, aquella mañana del 18 de Diciembre de 1975…
Antes de desembarcarse, el Piloto le había asegurado al Capitán que los servicios meteorológicos no tenían anuncios de mal tiempo para la zona, ni muchísimo menos que hubiese amenaza de NORTE. El CI-MA-VI, estaba flamante aquel día y después de salir del difícil canal de Blanquilla, su proa dirigida casi hacia el Norte, cortaba bien el mar y se podría jurar que estaba navegando a unos 12 nudos. El Capitán no acababa de acomodarse. Con él, viajaba su hijo mayor, como aprendiz y como pasajero. Se recordó los días que habían pasado en Veracruz, la ida al estadio de fútbol de los “Tiburones Rojos”, donde presenciaron un escuálido empate a un gol de los temibles escualos veracruzanos frente a las “Chivas” del Guadalajara, la visita a los bellísimos fuertes de San Juan de Ulúa y las fotos tomadas allí, los atardeceres en frente a la Plaza oyendo las marimbas mientras se saboreaba un “cuba-libre” de Bacardí para olvidarse de los malos ratos y preocupaciones del diario acontecer del dique y en medio de todos estos recuerdos, calculó que habiendo salido de Veracruz ese día a las 07:00, al filo de la medianoche podrían estar recalando sin problemas al frente de Tampico a tomar el Piloto para entrar al puerto por el Pánuco….
El Capitán mezclaba sus pensamientos personales con lo que le imponía su deber y su responsabilidad de Comandante. Por si acaso, había ordenado una estiba especial y sobre todo un amarre preventivo muy cuidadoso en las bodegas a pesar de lo corto del trayecto entre Veracruz y Tampico. “Don Pedro”, el contra-maestre, subió a eso de las diez de la mañana a dar el parte respectivo: “todo amarrado y bajo control”. La tripulación era algo de lo cual el Capitán podía sentirse legítimamente orgulloso y satisfecho: los había acomodado a su sistema de trabajo fuerte pero en convivencia feliz y en todo el año no había tenido necesidad de cambiar ni uno solo de sus componentes.
El Capitán comenzó a hacer el recuento de cada uno de ellos en su mente, mientras el barco avanzaba sobre un mar de azul intenso que comenzaba a rizarse rápidamente por acción de la brisa creciente del Norte. El contra-maestre, Don Pedro, así con mayúsculas, era un hombrote fuerte y musculoso, conocedor de su oficio, trabajador, dócil y muy respetuoso. El Capitán lo conocía desde hacía más de diez años, cuando anduvieron juntos en los Guardacostas de la Aduana allá por el año ’66, cuando el Capitán era el Comandante del Grupo de Guardacostas del Atlántico.
Los timoneles, eran excelentes: marineros y callados. En especial ese ojiverde que tenía un pulso excepcional y que lo empleaba siempre para los trabajos delicados y los letreros del barco. Los marineros eran buenísimos trabajadores y entre ellos de destacaba “Fifito” por su generosidad de alma. Gracias a su colaboración y a su trabajo, el Capitán había logrado convertir un trasto viejo, apunto de ser desactivado y desmantelado, en el “orgullo de la flota”, en el buque mejor tenido de la Compañía en todos sus aspectos y logró sacarlo de su eterna y triste ruta TURBO-BARRANQUILLA-TURBO, para convertirlo en buque de línea internacional , para viajar al Brasil, a encarar con firmeza y a full de carga, el mar de fondo del Atlántico, venciendo siempre los escondidos y traicioneros escollos del nordeste brasilero, los “abrolhos”, a pesar de las limitaciones que el barco tenía en los elementos de precisión para navegar, algunos de los cuales el propio Capitán los había puesto a trabajar, como el giro-compás y el giro-piloto, gracias a la dedicación del obeso electricista cartagenero, que se enojaba muchísimo cuando lo llamaban “huevo ‘ e tanque”.
Porque Patrón, que así se apellidaba, no solo era un profundo conocedor de su campo como electricista, sino un tipo excelente como persona y como amigo.
SE APROXIMA LA TORMENTA
El Capitán seguía pensando en “su gente” y se daba cuenta que el mar rizado se tornaba de marejada en mar gruesa como a eso de las 11:00 de la mañana. Ya se avizoraban nubes de tormenta en el Norte y el barómetro comenzó a bajar en forma ostensible, según pudo comprobar el Capitán, que no había bajado del puente desde la hora del zarpe y continuaba pendiente de “su buque”. Los tres oficiales de cubierta que a la sazón había, eran bastante buenos. A Jairo, el Capitán lo había hecho ascender a Primer Oficial recientemente, dejando de Segundo a Pérez, un paisa correctísimo y cumplidor de su deber. El Tercero era Páez, un Teniente de Corbeta de la Armada Nacional en uso de vacaciones. La gente de máquinas era excelente. El Jefe, un Capitán Ingeniero de la Armada, retirado algunos años antes, había puesto todos sus conocimientos trabajando en equipo para que el barco no solo fuera el mejor presentado sino el más eficiente en su operación, el que menos problemas ponía por repuestos ó reparaciones y el único con aire-acondicionado en la Cámara de Oficiales, lo cual se logró poniendo en práctica una idea del Capitán, magníficamente llevada a la práctica por el “Chief”.
Pensando en el Jefe de Máquinas, en sus Ingenieros asistentes, todos ellos muy competentes como el “viejito” Quiñones, el “Niño” y Joselín Duarte, el Tercero, fue violentamente sacado de su asiento por un fuerte bandazo que lo devolvió a la realidad de la situación que se vivía. El mar ya andaba por lo menos en fuerza 6-7 y el viento iba en progresivo aumento. El anemómetro registraba vientos entre los 80 y 90 Kms. por hora. La velocidad fue bajada de 8 a 7 puntos en el control principal de las máquinas. El Jefe subió al puente y después de comentar con el Capitán el desenvolvimiento de los hechos, bajó con él a almorzar.
El almuerzo, era casi formal diariamente y se observaban todas las reglas del protocolo mercante en la mesa. Ese día llegó al almuerzo el hombre más importante de esos momentos, el radio-operador. Traía las “noticias”, que eran francamente alarmantes pues ya no quedaba lugar a dudas, que el tan anunciado NORTE era un hecho consumado. El Capitán comentó con los Oficiales que en presencia de dichos fenómenos, los puertos mexicanos se cierran no solo para salir sino para entrar a ellos. Entre golpes de mar cada vez mas frecuentes, se consumió el almuerzo que aquel día habían preparado los integrantes del Departamento de “Humo y Grasas”, con su acostumbrada buena presentación y su sazón colombianísima.
Después de recomendar asegurar todo muy bien en las cocinas y en el “pantry”, el Capitán subió de nuevo al puente y allí se quedó sin hacer ese día su siestecita que siempre que podía, acostumbraba. Ya se había asegurado el giro-piloto y se estaba timoneando a mano y por ello quería verificar el trabajo de los timoneles en medio de la creciente tormenta.
EL ALMA DEL BARCO
Retornando por instantes a sus pensamientos, recordaba el Capitán las excelencias de su Radio-Operador, Huguito, quien era realmente el alma del barco, el que más se preocupaba por el personal, por los problemas de los marinos, el que servía de puente para establecer de nuevo las relaciones cuando estas por algún motivo momentáneamente se rompían ó quien como termómetro de la opinión general, avisaba siempre lealmente al Capitán de lo que en el momento creía mejor para el buque y para todos, ayudándolo en los momentos más difíciles. El Capitán recordaba como algún día lo había confirmado abordo como Oficial de Bienestar, Moral, Culto y Lavandería, a la usanza de la marina y no podía olvidar su actuación decidida y eficiente siempre que hubo una emergencia, como cuando la colisión con el “Cidade de Sao Luiz”, frente a las costas brasileras y en las cercanías a Belem de Pará. Si la actuación de Joselín, el Tercer Ingeniero, que paró la máquina en 30 segundos sin previo aviso de maniobra y la del Timonel Ortega quien maniobró sin titubear siguiendo las órdenes precisas del Capitán, fueron destacadísimas, la de Huguito fue decisiva, pues se convirtió en la pieza más importante para pasar en un tiempo verdaderamente increíble y sin errores, todos los mensajes necesarios y suficientes que culminaron con el triunfo ocho días después al fallarse el caso a favor de nuestro buque por un tribunal brasilero presidido por un Almirante en Belem de Pará y donde el Capitán hizo su defensa en portugués sin ayuda de abogados.
Casi a las 16:00 Hs. el Chief sugirió bajarle dos puntos más a la máquina para evitar mayores problemas al casco, sugerencia que fue aceptada de inmediato en vista de las circunstancias. Para las 18:00 el buque ya solo se mantenía capeando el temporal. La posición del barco era casi la misma de las 16:00, frente a Tuxpan, y el presagio de que con suerte se pudiese amanecer frente a Tampico se hacía muy improbable. El barco, capeando la gruesa marejada y buscando con maniobras donde menos rompiera contra las olas sin dejarlo parar para evitar que se atravesara al mar, caso en el cual era muy peligroso e inestable, se balanceaba muy peligrosamente.
Las olas eran cada vez más gigantescas y con la ya casi total ausencia de luz, parecían más ominosas aún. Muy pronto comenzaron a llegar con mayor facilidad hasta el puente de mando, donde el Capitán, casi totalmente empapado a pesar del chubasquero, miraba desde el alerón de babor la dirección de las olas más grandes, para ordenar la caída a la banda más conveniente a fin de evitar el choque frontal con la masa enfurecida de las aguas, alumbrado solamente por el fulgor de los relámpagos en la tempestuosa noche decembrina.
Realmente preocupado por la seguridad de su barco, el semblante del Capitán no reflejaba sin embargo ansiedad, procurando comunicar confianza y optimismo a los que le rodeaban en el puente de mando. Su hijo, apenas de 14 años recién cumplidos en Noviembre, pero muy marinero ya que desde los cinco años había surcado los mares con su padre en los guardacostas, donde el movimiento era virtualmente permanente, se veía muy pálido, pero atento al desenvolvimiento de los acontecimientos. El Contador (“Ay Andre, m’hijo cuídate !) a su lado, trataba de hacerle un chiste con aquello de que si al vomitar veía que le salía algo redondo y peludo por la boca, entonces si empezara a preocuparse. Pero realmente quien tenía muchísimo temor, era él mismo. Llevaba puesto y bien ajustado su salvavidas bajo su azul chompa de frío y ante alguna observación socarrona del Capitán al respecto, que el era como los boy-scouts, siempre listo y que además el agua estaría muy fría…..
80 MILLAS A LA INVERSA
La noche avanzaba con cada golpe de mar que el barco deba, clavando su proa en la negra entraña de las aguas del Golfo, ayudando a levantar la acuosa masa aún a mayor altura, pues las olas rompían tan fuerte que ya pasaban sobre el puente de mando, colocado a casi diez metros sobre el nivel normal de las aguas. Los imbornales eran insuficientes para descargar por sus conductos las enormes cantidades de agua que las olas del embravecido mar ponían sobre la cubierta del barco, que crujía cada pantocazo como quejándose con lamentos que el viento arrachado parecía repetir con ecos y zumbidos cada vez mayores…
Ya era algo más de la una de la madrugada del día siguiente, cuando se vio tenuemente en la pantalla del radar, que se había tratado de poner en marcha para situar el barco, un contacto como a seis millas al norte. Aunque inicialmente fue difícil localizar sus luces entre la lluvia torrencial que golpeaba la cara como agujas por la acción de los fortísimos vientos del norte y noroeste, por momentos se vieron sus luces, que aparecían y se perdían dentro del montañoso mar. Realmente no pudo establecerse en qué momento dejó de verse el barco, ni pudo precisarse cómo se notó su desaparición en medio de la confusión y el movimiento reinantes, pero el hecho fue que casi a las cuatro de la madrugada, cuando se vio una luz destellante por babor, que sin lugar a dudas era un faro y que inicialmente fue identificado por el Tercer Oficial como el faro de Tuxpan, ya no se volvió a ver por parte alguna la luz del barco. El Capitán tomó su cronómetro y para asombro del Sr. Páez, le demostró que el faro que tenían a la vista era el de Veracruz, tras haber reconocido en forma inequívoca sus características. ¡ Se habían recorrido casi 80 millas a la inversa, desandando el camino entre Tuxpan y Veracruz, en menos de doce horas y todo eso a pesar de haber mantenido las máquinas avante ! .
Ello era una prueba fehaciente del poder de los elementos y de la absoluta incapacidad de un barco para luchar contra el viento y el mar en esas condiciones…. El Capitán ahora comenzó a sentirse muy preocupado : el barco seguía hacia atrás a pesar de tener sus máquinas dando avante, sin poder aumentar la velocidad y ni pesar en un viraje, que sería muy peligroso y el golfo se le estaba “acabando”… Como siempre fue su costumbre, reclamó un vez más la ayuda de Dios Todopoderoso, que nunca lo abandonó y continuando su maniobra de ponerle la proa a las olas, esperó pensando que si a las 11:00 no había cedido el tiempo, intentaría un viraje para salir hacia el Este ó hacia el Este-Noreste. Aún a riesgo de que el buque se escorara demasiado.
Revisó mentalmente los cálculos de estabilidad hechos antes de zarpar y concluyó que la situación era angustiosa pero no desesperada. Con esos pensamientos, aceptó el café que el cocinero, haciendo verdaderos prodigios y equilibrios en la vieja cocina del “Ciudad de Turbo”, había preparado, como el decía “para pasar el mal rato”. El “Turbo”, esta gloria de la Marina Mercante Nacional, que fue un transporte de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, llevó antes el nombre de “República de Colombia”, siendo el primer barco de nuestra Flota Mercante Grancolombiana. Y un buque con tanta historia, pensaba el Capitán, no podía estar destinado a perderse en el Golfo de México y menos aún siendo él su Comandante, con la ayuda de Dios. Apelaría a todos los trucos marineros aprendidos en tantísimos años como marino, para quitarle por lo menos esa presa al mar.
NO TODOS LE GANARON AL MAR...
A las 12:00 del día 19 de Diciembre el buque dejó de derivar y comenzó a avanzar muy lentamente hacia el norte. Ya en la tarde, poco antes de la caída del sol, pudieron revisarse las trincas de las plumas, las cuñas que aseguraban las lonas se recolocaron o se cambiaron, se revisaron las tapas de las bodegas y todo loo que iba amarrado en cubierta pudo verificarse. Los daños encontrados, aunque considerables, fueron mínimos si se analizaba la fuerza de los elementos a la cual habían estado sometidos el barco y su gente.
El buque había resistido bien. En la mañana del 20 de Diciembre, ya avanzando a una velocidad más decente, se revisaron las bodegas y se comprobó que una buena estiba y un buen aseguramiento de la carga rinde excelentes dividendos, cuando es necesario confrontar tiempos difíciles en el mar. A las 14:00 del 20 de Diciembre, el barco entraba por el Río Pánuco, pasando orgulloso por entre sus tajamares y contemplando de paso la devastadora acción del temporal sobre las viviendas aledañas al mar en el puerto tamaulipeco.
Al llegar a puerto, se tuvo conocimiento de la pérdida total de la M/N “TLAXCALA”, también un CI-MA-VI, gemelo del “Ciudad de Turbo” y según lo relatado por los marinos que se salvaron, el Radio-operador, El Segundo Oficial y cuatro marineros, el barco se perdió entre las 4 y las 5 de la mañana del 19 de Diciembre. Lamentablemente, según los informes, el Capitán al igual que el Jefe de Máquinas viajaban abordo con sus esposas e hijos y se ahogaron por física falta de tiempo para reaccionar…El buque se atravesó a la mar, se partió y en sólo algunos minutos se hundió…
Parece que quienes desde el mar lo vieron sin verlo, fueron quienes peleaban contra el mismo mar a solo 6 millas de distancia y que nada hubiesen podido hacer, aún queriéndolo, para quitarle al mar esa presa que ya tenía decidido llevarse….
El Capitán del “Ciudad de Turbo”, elevó una oración por los colegas perdidos en el mar y en su corazón no dejó de sentir un sobresalto ante la idea que solo le había ganado una batalla al mar, pero no la guerra…
Como resumen de lo vivido, hizo los versos que se incluyen como anexo a éste escrito.
Barranquilla, Agosto 20 del 2004.
TRINQUETE DEL RECUERDO “IN MEMORIAM” de los que el 19 de Diciembre de 1975, perdieron la vida en el Golfo de México durante un “NORTE” se escriben las siguientes octavillas :
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CONTRA
MAESTRE DE CARGO DEL BUQUE ESCUELA “GLORIA"
Casado con la señora Miriam Orozco, con cuatro hijos, Alex, Jhony, Yuly y Eliana; Desdichadamente cuando se encontraba navegando dándole la vuelta al mundo en el año 1996 falleció su hija mayor en un accidente de tránsito y no pudo asistir al sepelio.
Condecorado con: Medalla Almirante Padilla (en el grado de Compañero y Caballero), Antonio Nariño, Medalla de Superficie, 15, 20, 25y 30 años de servicio.
Hace 18 años se desempeña como contramaestre de Cargo del buque Escuela y es experto conocedor de todas las maniobras sobre cubierta del buque, de los palos: bauprés, trinquete, mayor y mesana e instructor de pito, manejo de jarcia y nudos.
Conoció de cadetes a los Capitanes de Navío Jesús Alberto Bejarano, Henry Blain Garzón excomandantes del Gloria y al actual comandante Jaime Eduardo Morales Núñez.
Como dato curioso es el suboficial en servicio activo con mas millas (445.989) navegadas en un velero, en el mundo.
BLACHO: es muy observador y callado, pero durante las maniobras se trasforma y está en lo que está, muy pendiente de todo. En su quehacer, tiene que estar en varios sitios a la vez para mirar, observar y cuidar que los que están arriba de los palos estén asegurados y los de cubierta estén cobrando los cabos. En realidad, la sinfonía de pitadas solo la entienden, los directores de esa gran orquesta, que está en cubierta. Ver al buque escuela "ARC Gloria" con todas sus velas llenas de fuerza, es maravilloso y esplendoroso. Es un mundo de fantasía que solo logran los hombres de mar.
DE VUELTA A BILBAO
Capitán de Fragata Roberto Mora Gaitán CN
41-017
Balanceándose suavemente al vaivén del buque Jaime y Hucupa sonríen, como normalmente lo hacen, porque la vida es bella. Pachito dirige su mirada fijamente hacia las construcciones que se ven a lo lejos en el puerto de Bilbao y para mí que hay cierto dejo de nostalgia. Don José y Charlie rondan por la lavandería como buscando un refugio en donde poder dormitar sin molestia alguna. En el costado de estribor, sentados sobre la mesa de guarnición del trinquete, están tomando el sol la medio bobadita del Chupo, Chia y Fabio, algo deben estar tramando. Mao esta en el castillo muy serio posiblemente pensando que si el Toyo sigue poniéndole el perfil al viento nos va a retrasar un poco.
De pronto en medio de las risas y del balanceo se escucha la pitada de Maniobra General lo cual indica que se deben alistar los servicios especiales para entrar a puerto. La tripulación, incluyendo los cadetes, acude a sus puestos prontamente, menos el Camello a quien le gusta hacer las cosas pero lento y reposado.
El Cocacolo se alista remangándose la camisa del nuevo uniforme azul de mar para que puedan observar detenidamente sus bíceps y sus tríceps.
Desde el alerón de babor el Segundo ordena: JARCIA ARRIBA. Los tapabocas, como el ratón, el pajarito y otros mas que por ahí andan, suben a los juanetes y los puyanubes a las vergas más grandes.
Asegurados todos con el cinturón de seguridad e inclinados hacia delante, dejando notar la inexperiencia, no queda otra cosa mas que observar todo lo que se pueda.
Se recibe al piloto práctico y de una procedemos a puerto.
Acercándonos a la boya de mar y por el costado de babor se ve el cerro donde están los hermosos restaurantes y miradores de ALGORTA. Mas cerca de la boca de la Ría y a estribor sobresalen los pequeños edificios habitacionales de SANTURTZI. Ahora si entramos a la ría y prácticamente no demoramos mucho para pasar por debajo del puente colgante que sirve para comunicar vía ferry a LAS ARENAS con PORTUGALETE. Luego la proa cae ligeramente a babor y la emoción es tanta que aquí uno ni se acuerda que Josué es quien fácilmente entra de noche al pantry de cadetes aprovechando que tiene una llave maestra.
De reojo se pueden ver a estribor LOS ALTOS HORNOS DE VISCAYA y ya casi llegando a la siguiente pierna dejamos, también por estribor, las instalaciones de LOS ASTILLEROS ESPAÑOLES. En este fondeadero quedaron varios gabanes mojados y por poco se echan a perder los paquetes de Chucho. Todo porque unos cadetes querían ser los primeros en embarcarse en la lancha y así llegar de primeros al muelle. Lo malo fue que las cadenas de soporte de la escala real no aguantaron tanto agalludo y a allá fueron a dar al agua. En aquella ocasión el Cocacolo volvió a hacer alarde de la fuerza bruta. Que brutos se subió a bordo por un cabo en perfecta escuadra. De inmediato los que quedaron secos a bordo, de puros chismosos, se asomaron por encima de la borda mostrando mucha preocupación, sobretodo porque se estaban hundiendo varias gorras. Excúsame Julito pero la verdad no aguante la risa al ver tu cara de flaco asustado. Qué berraquera, ya sobre cubierta firme minutos después de haber sido recuperados los “hombre al agua” ninguno se quejo del frío. Esa fue una buena prueba para demostrar que ya eran todos unos marinos bautizados en las frías y amarillas aguas del río Nervión. A Toño no le gusta que le recuerden aquel incidente que por poco se vuelve accidente y más aun que los llamen: LOS DE BILBAO.
Bueno, pero a lo que vamos. Seguidamente después de este famoso fondeadero la Unidad cae a estribor y en ERANDIO dejamos por babor LOS ASTILLEROS CELAYA, cuna del majestuoso como le gustaba llamarlo en su desgastada canción el paisa Echeverry.
Ría
arriba dejamos la desembocadura del Río Cadagua y entramos al CANAL DE DEUSTO.
En este muelle el fotógrafo de Foto Claudio logró una buena toma de María Salud Gutiérrez en
impecable vestido blanco tomando
como fondo el mascaron del Gloria. Esta niña linda sin proponérselo, y mucho
menos sin saberlo, se convirtió en la novia que quedo en la Madre Patria, según
muchos contaban después y para comprobarlo ahí tenían la foto.
Una vez aseguradas las amarras y retirado los servicios especiales se autoriza franquicia como premio al buen comportamiento de los cadetes. Casi que por arte de magia el baño se convierte en un mercado persa. Que despelote. Luego en el rancho, y a pesar del bullicio, se alcanza a escuchar la queja de alguien a quien le han cogido la camisa que estaba colgada lista para ser usada. En un extremo se escucha la respuesta: Fui yo pero no te preocupes ali.
De un momento a otro queda solo el rancho, como si hubieran dicho: la madre pa’el ultimo. Tan solo queda, como seguramente todavía quedara, en cada rincón, en cada laca, en cada portillo, en cada coy los compases del Hanki Panki “bellamente” interpretado por el Cakco en la batería y Carlitos en la guitarra.
La formación para franquicia la preside el Tío quien muy serio pasa revista a los uniformes, sin darse cuenta que le falta una insignia de cuello y que se le olvido abotonarse dos botones de la bragueta.
Superada sin dificultad la prueba anterior en par minutos se llena, de orgullosos marinos colombianos, la Sala de Baile “LAS CINCO ESTRELLAS” Esto si es vida. En medio del espeso humo que sale del tabaco negro de los cigarrillos DUCADOS y sosteniendo en la mano una botella de la exquisita cerveza SAN MIGUEL Pepe no pierde la oportunidad para brindar con voz ronca, resultado de varias francachelas, por todos los marinos del mundo. Para todos BUEN VIENTO Y BUENA MAR.
OIDO A LA CAJA: Cualquier parecido con la realidad o con un personaje en particular es pura coincidencia.UN GLORIOSO MAS.
Sueños, meditaciones, experiencias, recuerdos y nostalgias son lo que nos une en un momento colmado por el silencio y la desolación. Menuda lluvia cae sobre el infinito y resignado horizonte naval donde el eco de la tragedia repercute sobre la tumba recién cerrada de Jimeno y nos conmueve el contrito y afligido lamento de Jorge Alberto.
Nuestro propósito ahora es buscar una visión serena para encontrar luces en la noche, si no queremos extraviarnos en las tinieblas del resentimiento. Mucho se ha escrito sobre la amistad, pero para encontrarla es necesario endurecer en el dolor para madurar en el sufrimiento. No es un capricho de la naturaleza por lo que el fuego interior y ardiente de los volcanes suele coronarse en un picacho de fría nieve. Aún en las titánicas lamentaciones de la mitología, el gran dios del Fuego Prometeo se convierte en la fuerza tranquila que muestra ante la muerte sosiego y tranquilidad.
En esta hora aciaga, tal vez, la única voluptuosidad auténtica es la lucha contra el sufrimiento que nos embarga, pero el dolor es el camino de la conciencia para encontrar el equilibrio y lograr sensatez. Las lamentaciones embriagan pero no consuelan. Tenemos que ganar en plenitud, en serenidad, en discreción, en fortaleza. Por encima de la realidad adversa del pasado 25 de abril, están la bondad, el perdón, la amistad y el compañerismo.
Queremos recordar de manera especial al Cyber-corredero JIMENO MANRIQUE MEDINA quien, con sus escritos que deleitaron, relató las anécdotas de Teniente de Corbeta que el autocalificó de “Mariachi”. Este Capitán de "Acero" era tierno en sus afectos y también amigo implacable de sus amigos. De allí arranca, más que de su humana grandeza, el dolor unánime que nos abruma. Antes que la pérdida del Capitán, del Opita, del Compañero, todos lamentamos la pérdida del AMIGO.
Cartagena, marzo 28 2005
Exteriorizo mi profundo pesar por esas acciones terroristas demenciales del pasado 23 de marzo en Puerto Leguizamo que truncaron diez vidas, mataron las ilusiones de otros tantos hogares, enlutaron la institución naval y consternaron a colombianos sensibles al dolor de patria, dolor que constriñe el alma, que reclama equidad en la concepción de la justicia natural, porque son infames móviles subversivos para atacar poblaciones, minar caminos, sembrar dolor y destrozar existencias de viudas, huérfanos y madres atribuladas.
Reciban este mensaje en expresión de pertenencia institucional y testimonio de solidaridad en el dolor y en la esperanza de que esas vidas inmoladas, contribuirán para encontrar el camino de una razonable negociación política entre todos los actores de este conflicto, con pasos determinantes hacia un acuerdo de paz que refleje el balance más equilibrado entre la memoria y el olvido; entre la falsedad y la verdad, entre la justicia y el perdón; para que se apacigüe por siempre esa sed de venganza, para que fenezca la arrogancia de poderes, para que se mitiguen apetitos partidistas, para que florezca el derecho a la vida, para rediseñar una Colombia en paz, libre y promisoria, desde todas las orillas de sus estratos sociológicos y en equilibrio con los intereses en juego sin vencedores ni vencidos y un balance final donde todos resultemos gananciosos
CALM Jairo Cardona F. CN 37-018
ZAFARRANCHO GRAFICO
EL AMOR EN EL "ARC
GLORIA"
Esta
hermosa fotografía que no requiere de palabras quedó como
testimonio y recuerdo romántico del crucero de
1975
"AMO EL AMOR DE LOS MARINEROS QUE BESAN Y SE
VAN..."
CUMPLEAÑOS
DE ANDRÉS FELIPE BETANCOURT
El pasado 27 de marzo
en su residencia de Berwick- (LA) le celebraron el onomástico a
Andrés Felipe Betancourt Laserna. En la foto aparece Andrés
acompañado por su papá el Conti Javier Betancourt CN
69-010, su distinguida mamá Liliana Laserna y su linda
hermana Carolina.
Haciéndole honores a un
buen BBQ y al son de unas buenas cumbias y vallenatos de Carlos Vives, le
cantaron el Happy Birthday número 13 a Andrés.
Con el presidente
de Coral Marine Services
Mr. Joseph Cain
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Un cordial saludo extensivo a los ciber-correderos. He leído con atención los artículos, las notas de interés, la instalación del Consejo de Historia Naval y una gran cantidad de apuntes, que son añoranzas de nuestra Escuela Mater. En su último número, con fina pluma, hacen un recorrido en la historia, con ocasión de la visita realizada a la Escuela Naval. Me llena de orgullo y una gran simpatía por la labor que están cumpliendo. Es así que me permito invitarlos al Centro de Formación de la Infantería de Marina en Coveñas, en el mes de mayo, más concretamente el 20 de mayo. No sobra advertir que el desplazamiento, y alojamiento será coordinado por el Comando de Infantería de Marina. Queremos sumarnos a esta noble tarea que están llevando a cabo. De igual forma me permito informarle, que estamos elaborando el "Libro de Oro" de la Infantería de Marina, y en él, estamos escribiendo la historia de esta noble Arma de la Armada Nacional y la colocamos a su disposición.
Con sentimientos de consideración y aprecio.
Calm Luís Fernando Yance Villamil CN 47-099
Comandante de I.M.
"Pocos, Buenos y Orgullosos"
Atenta respuesta
Apreciado señor Contralmirante Yance.
Mil gracias por tan amable mensaje, el cual Cyber-corredera entregó, el pasado lunes 4 de abril, al señor Vicealmirante Carlos Ospina Cubillos, Presidente del Consejo de Historia Naval, quien responderá tan obligante e importante invitación.
PARA LOS CONTIS DEL "GLORIOSO 84"
Nuevamente queremos recordarle a todos los activos o retirados del contingente NA 84, que en julio estamos cumpliendo 20 años de graduados y queremos hacer un gran fin de semana de celebración en Cartagena en el primer puente de julio del 2005.
Los interesados en asistir, favor inscribirse con Gustavo A. Cano L. (tavike@epm.net.co) y/o Gustavo Velasco (gustavo.velasco@co.smurfitgroup.com)
Muchas gracias
Gustavo A. Cano L. CN 84-084 tavike@epm.net.co / Cel 300 280-8545
Todos mis traslados a tierra fueron a la Escuela Naval y aun en esos
años que estuve embarcado yo daba clases de electrónica,
comunicaciones, radares, y computadores, en realidad eran unos microprocesadores que
compramos en Radio Shack. Disfruté tanto la enseñanza que todavía
continuo enseñando criptografía y seguridad de redes de comunicaciones. En la
Universidad de Dallas donde yo enseño se ofrece todo el programa de Maestría
de Alta Administración en las
aulas y en línea a través del Internet. Le he dado clases a personal de la
marina americana que esta en submarinos y a personal del ejército que está Irak.
Ahora que estamos hablando de la Marina del Siglo XXI, tal vez la Escuela Naval
pueda ofrecer los cursos de
postgrado en línea a través del Internet. Seria una forma de aprovechar todo ese
conocimiento de los oficiales retirados que no viven en Cartagena y de darle
oportunidad a los oficiales en servicio activo de que continúen su capacitación aun cuando estén fuera de Cartagena.
La Escuela Naval fue la primera escuela de formación de oficiales que ofreció grado de bachillerato y estudios a nivel universitario. Ofrecer grados de maestría es el siguiente escalón.
Manuel Mogollon CN 35-046
Cyber-respuesta
Avión Casa 212
Cyber-mascaron de Proa |
Cyber-corredera- E-mail: lacorredera38@nikimicolombia.com Suscripción gratuita. Derechos Reservados. Se
invita a divulgar la información aquí contenida, citando la
fuente. |
NIKIMI COLOMBIA HS LTDA
PATROCINADORES DE CYBER-CORREDERA
Tiene el agrado de comunicar a los Cyber-correderos que próximamente, através de su tienda virtual podrán adquirir lo último en tecnología de punta desde cualquier parte del país. Este servicio llegará a ustedes vía Internet.
Información: info@nikimicolombia.com