Unidos por el
mar
y
exhaustos por el último poste
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Informativo
virtual
para
integrar la familia naval
colombiana |
¿Qué lo motivó a ingresar a la Armada?
Desde muy chico, tal vez teniendo diez o menos años de edad, veía en la
televisión un programa que se llamaba “Diario de Abordo” presentado por la
firma Esterbrook, que eran los
estilógrafos de uso en aquel entonces. En el mencionado programa, pasaban todas
las películas realizadas sobre las batallas navales sucedidas en la campaña del
Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. De allí nació mi interés por los
temas relacionados con la Marina de Guerra, temas que complementé con el otro
programa que bajo la dirección del entonces Teniente de Fragata Guillermo
Fonseca Truque y que se llamó “Mares y Marinos de Colombia”, marcaron
definitivamente mi vocación por el servicio a mi País en el Mar. Una familia
amiga de nuestra casa tenía un hijo en la Escuela Naval, Alberto Díaz S., que
formó parte del curso M5 y quienes conocedores de mi afición por la Marina, me
invitaron a visitarlo en el transcurso de unos juegos deportivos interescuelas.
Toda esta relación de conocimientos sobre el particular hizo que, finalizando el
cuarto año de bachillerato, me presentara a selección para ingreso a la Escuela
Naval de Cadetes.
Cuéntenos de su vida familiar
A todas estas, es bueno comentar aquí, que soy el menor de una familia de cuatro hijos cuya concepción se trató de un posible descuido, como solía decirle a mi madre, por cuanto fue después de 8 años de edad que tenía mi hermana, cuando ella misma cuenta que, la mandaron al solar de la casa para divisar la cigüeña que me llevaría al hogar. Este retardo en la llegada, ser el menor y queriéndome ir para la Marina, sembró en mis padres cierta reacción por dejarme salir de casa y sobre todo para la Marina en donde consideraban que era duro y se necesitaba ser fuerte y no consentido. Ante tal situación, las vueltas de exámenes intelectuales, psicotécnicos y físicos, fue necesario hacerlos sin que ellos tuvieran la menor idea. El día 18 de diciembre, día de mi cumpleaños, recibí el marconigrama que firmaba el entonces Capitán de Navío Magín Ortiga Sanclemente, Director de la Escuela Naval, en donde me comunicaba que había sido seleccionado para integrar el contingente de cadetes que ingresaría el día 5 de enero de 1963, diciéndole a mis padres que el destino era quien me había hecho ese regalo de cumpleaños y que si otros habían podido, por qué yo no podría ser capaz. Esto los desarmó y entonces apoyaron mi ida para la Escuela.
¿Cómo fue y qué sintió su primer día de recluta?
Sentí, que empezaba a cumplirse lo que tanto deseaba.
Además por que no, sueños de niño, me sentía como actor de una de esas películas
del Diario de Abordo. La llegada al aeropuerto, la llamada a lista del Teniente
de Navío Alberto Cruz quien nos hacía subir al DC 3 de la FAC que nos llevaría a
Cartagena. La recepción por parte de los Guardiamarinas del contingente 33, Enrique Mahecha, Héctor Sanpedro, Miguel
Caro, Gustavo Salazar y Julio Peña (QEPD). La tuzada por el maestro Plinio. La
recibida del vestuario y equipo. La marcada de las prendas, en fin, tantas cosas
nuevas, diferentes y expectantes y tanta ocupación, que no tenía uno momento de
pensar sino en las instrucciones con las cuales se recibe y empieza la formación
como cadetes.
¿Con qué situación se estrenó de recluta?
Mi primera hora de trote. Fue tan solo como a los 10 o 15 días de llegados. Creo que fui el primer recluta del contingente en hacerlo. Resulta que nos llevaron a conocer Bocachica en el Remolcador Pedro de Heredia y estando con el semirecluta Antonio Barriga, quien repetía con nosotros, se las sabía todas y le compró al cocinero del buque, a media mañana, un sándwich de carne que pagué yo por supuesto para los dos. Como lo estábamos comiendo a escondidas, nos pillaron y como resultado, en formación de recogida me sacaron al frente. Habían llegado ya los antiguos ese día y me tocó con los Mercantes de 3 años, Ballesteros y Borda, trotar una hora al paso de ellos. ¿Te puedes imaginar lo que fue aquello? recluta! vaselino! coja el paso! etc. etc. Creí que nunca terminaría aquella hora. Fue verdaderamente duro pero después, viene la tranquilidad y fortaleza.
¿Cual es la anécdota que más recuerda de la
ENC?
Son tantas las anécdotas que uno tiene durante su vida de cadete pero, en particular quiero mencionar una que marcó la continuación de mi vida en la Armada. Al final del segundo año, por aquellas cosas del corazón de jóvenes sin la madurez necesaria, una decepción amorosa me condujo a quererme ir por motivos académicos. Cuando formaron a quienes nos encontrábamos en tal situación y ante la decisión del Consejo Académico de conceder continuar a quienes por buen comportamiento en general lo deseáramos hacer, el recuerdo del compromiso manifestado ante mis padres y las miradas obligantes de los Guardiamarinas Carlos Alberto Mejía y el monito Carlos Prieto Ávila, me incitaron a contestar que si repetiría. Esta anécdota por supuesto fue una gran decisión que permitió no claudicar y llegar hasta mis objetivos de proyecto de vida trazados desde la niñez.
¿Y.. el momento más grato en la ENC?
Hubo muchos momentos gratos, de acuerdo con cada una de las metas que se iban logrando, pero indudablemente el más grato fue el logro de ascender al grado de Teniente de Corbeta de la Armada Nacional.
¿Con cual contingente se amañó mas?
El hecho de haber sido integrante de dos contingentes 37 y 38, me permitieron tener grandes amigos en ambos; generalmente esto no sucede, pero esa es la verdad y así hasta hoy en día, siempre he considerado aquello como una gran fortuna.
Recuerdo con agradecimiento a todos los infantes, suboficiales, empleados, cadetes, guardiamarinas, profesores y oficiales de la Escuela durante mi permanencia en ella, de quienes recibimos de una u otra forma todas sus enseñanzas y experiencias.
Y, de los caníbales?
A Cagua Absalón y a Puyo Polanía, los recuerdo con agradecimiento por enseñarnos cómo no debíamos actuar. Al mudito, por prestarnos el tarro de galletas saltinas de él, para tomarnos la sopa en las fragatas Tono y Padilla de la época.
Son tantas cosas las que llegan a mi memoria recordando la vida de cadete, que se tornaría fastidiosa la entrevista especificando cada una de ellas.
En la ENC usted hizo de todo, fue corredero, bandurrio, edecán y hasta compraba chocolates en mi enfermería...
En forma general quiero comentarte que vivir cinco años de Escuela me permitió: Comer una cantidad inimaginable de raciones (glorias y cola), arepas con huevo, mamarle gallo a la recogida y a la gimnasia, navegar en Lulú por túneles y no túneles, tener varias noviecitas, navegar en los cruceros ABC y San Andrés, ir a Estados Unidos y Canadá, Panamá, Venezuela, Ecuador y Perú, comprar lo prohibido (chocolates y bocadillos en la enfermería y en el aula de proyección), estar en el calabozo, pagar rutina disciplinaria, dormir en clase, ser caníbal, ser madre, ir a relación, ser edecán, pertenecer a un equipo deportivo que tuviera encuentros fuera de la Escuela, formar parte de la banda de guerra, de la corredera, desfilar en Bogotá, estar excusado de servicio y de ejercicio y tantas otras actividades que uno debió haber realizado para vivir y sentir el paso por nuestra alma mater y para conocer y poder aplicar con autoridad moral lo que debía y no hacerse, al tener la oportunidad de desempeñar cargos superiores en la Escuela o en donde se tuviera que actuar a lo largo de la carrera naval.
¿Que nos puede contar de su vida como Oficial Naval?
Voy
a ver cómo hago para resumir 28 años de vida como oficial. Empiezo por contar
que el 1 de junio de 1968 se produjo el decreto del ejecutivo en donde nos
ascendían a 20 Tenientes de Corbeta del contingente 38 y un Subteniente de
Infantería de Marina, como miembros de la promoción XL. Después de la ceremonia
de graduación, la cual se llevó a cabo el día 2 de julio, el nuevo curso de
oficiales se embarcó en diferentes unidades para participar en la Operación
Unitas de ese año. Después de un mes largo de entrenamiento operativo, debíamos
escoger especialidad en vista de que egresados como cuerpo único, era necesario
sexarnos como ejecutivos de superficie o ejecutivos ingenieros.
Porqué decidió ser oficial ingeniero?
Por mi mayor inclinación para estudiar la Ingeniería Naval Mecánica, más que la Electrónica, me decidí por solicitar pertenecer al cuerpo de ingenieros. Así, después de las vacaciones que todos disfrutamos, fui designado como oficial del departamento de ingeniería del destructor APD, ARC Almirante Padilla. Mi primer comandante fue el señor Almirante Manuel Avendaño Galvis, en ese entonces Capitán de Corbeta.
Al año, fui designado como comandante de la lancha dispensario ARC Socorro, unidad que trabajaba en apoyo del servicio de salud de Córdoba, ofreciendo servicio médico, odontológico, de farmacia, inyectología y programas de identificación y prevención de lepra y tuberculosis, a lo largo de las poblaciones ribereñas del río Sinú, navegando desde San Bernardo del Viento en su desembocadura en el Caribe, hasta Tucurá en el Alto Sinú. Trabajábamos 20 días continuos y descansábamos 10 en Montería, en donde se efectuaba mantenimiento de equipos y se aprovisionaba la unidad. Este puerto sinuano más tarde reclamaría el fin de mi soltería, porque fue allí en donde conocí a Tere, quien me ha acompañado con su amor y comprensión como mi esposa, a lo largo del camino de mi vida.
Formé parte también de las tripulaciones de los destructores APD ARC AlmiranteTono y DE ARC
Boyacá, en este último por espacio de cinco años en dos ocasiones, desempeñando
todos los cargos de los departamentos de ingeniería, desde oficial de división
hasta el cargo de Ingeniero Jefe.
Pero usted regresó a la Escuela Naval como "pala pesada"
Fui oficial de planta de la Escuela Naval iniciando como Secretario Académico por espacio de tres años continuos. Después de cumplir con los períodos de embarque necesarios y de realizar los cursos de ley para ascenso, fui nombrado nuevamente como oficial de planta de la Escuela Naval, asignándoseme el cargo de Decano de la Facultad de Ingeniería Naval.
Al año de desempeñarme como tal, fui seleccionado como Ingeniero Jefe de
la entonces Corbeta Misilera ARC Almirante Padilla, unidad que iniciaba su
construcción en los astilleros HDW en Kiel, Alemania Federal. Viajé a Alemania
en compañía de mi familia, que para entonces ya había nacido mi pequeña Olga
Lucía, formando parte del grupo inicial de tripulación y estando allí, me
designaron para ayudar como inspector de la construcción al grupo de la
inspección que se encontraba radicado en Kiel. Esta maravillosa experiencia se
extendió por espacio de casi dos años y medio, teniendo la oportunidad de
participar como inspector en las pruebas de equipos en fábrica, pruebas en
puerto y pruebas de mar de la construcción de las cuatro corbetas misileras. Al
término de la comisión, arribamos a Cartagena conformando la tripulación con el
cargo de Ingeniero Jefe, a bordo de
la Corbeta ARC
Almirante Padilla. Forme parte así mismo como Ingeniero Jefe, de la tripulación
de la Corbeta ARC Antioquia.
Usted fue el primer marino que ocupó la Dirección de HNC ?
Al acabarse los períodos de embarque, fui trasladado al Hospital Naval con el cargo de Subdirector. Al lado del CN Ramiro Tenorio T. como Director, experimenté un campo de acción diferente al hasta ese momento vivenciado en mi carrera; se trataba de una acción de servicio hacia toda la comunidad de la institución. Una unidad de la Armada Nacional que trabaja para servir a su gente, en el restablecimiento y recuperación de las condiciones de salud que muchos de nuestros superiores, compañeros, amigos y hasta nosotros mismos padecemos. Una unidad naval de verdadero apostolado que muchos no ven y pocos entienden. En el cargo de la Subdirección duré dos años y después de tres años de desempeñarme en otro lugar, volví como Director del Hospital Naval de Cartagena, por recomendación que aceptó el mando superior de quien en tantos años como Director, consideró que yo reunía las condiciones para el desempeño de ese cargo. Era el primer Director del Hospital Naval de Cartagena que no era de profesión Médico, como hasta entonces lo habían sido el CN Guillermo Domínguez y el CN Ramiro Tenorio por largos años. El reto era grande; pero como de servir se trataba, creo modestamente, que no los defraudé en las expectativas forjadas.
Los tres años mencionados entre uno y otro cargo del traslado al hospital, me desempeñé por un largo rato como Subdirector de la Escuela, sin perjuicio de mis funciones como Decano Académico de la Escuela Naval, en donde terminaba prácticamente, el ciclo del recorrido académico por el Alma Mater de la Institución.
Fui designado como Agregado Naval a la Embajada de Colombia en la República del Ecuador y a su término, salí trasladado a la Base Naval ARC Málaga con el cargo de Comandante.
De Bahía Málaga llegué a la Escuela Naval nuevamente como Subdirector y de allí, fui destinado a la unidad en donde desempeñé mi último cargo en la Armada Nacional, como Comandante de la Base Naval ARC Bolívar.
Como puedes ver, mi carrera como oficial naval se circunscribió en resumen, a los Buques de Guerra y a la academia en la Escuela Naval. Al final, el Hospital Naval y los comandos de las dos Bases Navales de la Armada Nacional.
¿Como fue su paso de Oficial Naval a Rector de una prestigiosa universidad?
Empiezo por contar que al considerar mi retiro de la
Institución, quien había sido mi Jefe como Secretario Académico de la Escuela
Naval, posterior padrino en Rotary y amigo de siempre el CN Luís Enrique Borja
Barón, me ofreció que lo acompañara a trabajar en la Tecnológica de Bolívar, en
donde él llevaba casi 20 años como Rector. Sin pensarlo mucho, entregué un día
el cargo de Comandante de la Base Naval ARC Bolívar y al otro, estaba trabajando
con él en la Tecnológica como Vicerrector de Gestión Universitaria. Desempeñé
también allí el cargo de Secretario General y por último el de Director de la
sede de la Universidad en el barrio de Manga, cuando después de seis años de
labor, decidí salir de allí.
Por aquellas cosas del destino, un día el Señor Almirante Comandante de la Armada Nacional, solicitó que le enviara mi hoja de vida, (primera que hacía en mi vida), en donde describiera mi experiencia con la academia, sin decirme nada más para no crear expectativas que pudieran fallar. Se la hice llegar y como a los tres días recibí una llamada del Rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Dr. Jaime Pinzón López, preguntando si podía asistir a una entrevista con él. Asistí a la entrevista y en ella me preguntó que si estaba interesado en ser el Rector de la Seccional del Caribe de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y por lo tanto, ya se pueden imaginar cual fue mi respuesta.
De esto, han pasado dos años e inicio ya el tercero como Rector de la
Seccional del Caribe. Son muchas las cosas que hay que hacer en una universidad,
máxime cuando ella se encuentra comprometida con la calidad. Son muchos los
proyectos, los planes y las metas que se tienen para realizar, pero con la
formación adquirida, con el compromiso de hacer siempre las cosas bien, con el
apoyo de los colaboradores y con el paso firme y persistente, esperamos que
todas o muchas de ellas, se puedan alcanzar.
¿Después de su retiro, que relaciones mantiene con la Armada Nacional?
Con la Institución que lo formó a uno como persona y como profesional, no puede menos que albergar un eterno agradecimiento por todo lo que se es. La Institución la forman las personas y todas ellas, superiores, compañeros y subalternos, de seguro aportaron un grano de arena en el transcurrir de la vida de las demás. Son las personas con quienes se han vivido muchos momentos alegres unos y difíciles otros, pero todas ellas aparecen en los recuerdos de cada quien, como acreedoras de una inmensa gratitud. Entonces, vivir en Cartagena al lado de tanta gente amiga, es seguir respirando institución, es seguir disfrutando de amistad, es nunca olvidarse que seguimos siendo Armada Nacional. En la escuela, en la base, en los batallones de IM, en las cámaras, en acore, en abolsure, en los clubes, en toda la ciudad, seguimos encontrándonos y saludándonos como los miembros de una gran hermandad.
¿Qué importancia le ha encontrado a la Educación?
Es el legado más hermoso que persona alguna puede trasmitir. Trabajando en educación se reciben muchas satisfacciones. Cuando se “educa” en su verdadera dimensión etimológica, se extrae desde muy dentro de cada ser, ese inmenso potencial de desarrollo de cada quien. Reflexionando hoy sobre educación, pienso que no es atiborrar de cosas y conocimientos a la persona. Es metafóricamente, hacer el trabajo como lo realiza el escultor, quitándole al ser todo lo que le sobra y dejando a la vista de todos, esa maravillosa obra de la creación como lo es, ser una persona; ser un profesional.
E-mail de Gustavo Ramírez: gustavo.ramirez@costa.net.co
FOTOGRAFÍAS REPORTAJE A GUSTAVO RAMÍREZ G.
1- - Cadetes: Gustavo Ramírez G., Carlos Olmos R. y Jairo Cardona F.
2- Gustavo Ramírez Brigadier en la ENC
3-- CC Gustavo Ramírez García, en el cuarto de control de la planta de ingeniería de la Corbeta Misilera ARC Almirante Padilla.
4 - Contis del 38 en reunión de integración y de amistad en el kiosco de Gueza.
1 fila: TN Mauricio Soto G., TN Gustavo Ramírez G. y TN Guillermo Díaz D.
2 fila: TN Germán Rodríguez A., TN Roberto Spicker G., TN Lorenzo Indaburu L. y TN Carlos Oramas L.
3 fila: TN Jairo Suárez E. y TN Luís E. Torres S. e hijos.
5- Señoras de los contis del 38 en la reunión de integración y de amistad
1 fila: Yolanda de Sarmiento, María Victoria de Spicker, Yolanda de Oramas y Tere de Ramírez
2 fila: Carmencita de Soto, Consuelo de Indaburu y Consuelo de Suárez.
6- Firma del acta de relevo del Comandante de Batallón de Cadetes.
CF Gustavo Ramírez G. Subdirector y CALM Jorge Cadena M. Director
7- Gustavo Ramírez G. ejerciendo ya como Rector con Tere el día de la ceremonia del grado como Ingeniera de Alimentos de Olga Lucía, en La Universidad Jorge Tadeo Lozano en la sede de Bogotá.
Señor Almirante
Mauricio Alfonso Soto Gómez
Comandante Armada República de Colombia
Bogotá, D.C.
Señor Almirante:
Los sentimientos de
sentido de pertenencia por mi Armada Nacional, que como oficial superior y que después de más de 30 años
de servicio, hace algunos años pase a
uso de buen retiro, me harán vibrar hasta el final de mi existencia (que el día
este lejano), me motivan a enviarle
la presente respetuosa y muy comedida sugerencia ó como se llama en el argot
civil, idea sustentada así:
El sacrificio de nuestro prócer naval máximo de nuestra independencia, Almirante José Prudencio Padilla, por aciagas circunstancias de la historia fue en la ciudad de Bogotá; y Colombia entera en general y la ciudad de Bogotá en particular no lo han reivindicado en toda la magnitud de su grandeza.
La marina Nacional en la ciudad de Bogotá no es lo suficientemente conocida y reconocida por sus habitantes dada la mínima difusión de su importante misión dentro del poder marítimo nacional y en especial el poder naval, los dos en igualdad de importancia en la salvaguarda de la soberanía (seguridad y desarrollo) sobre nuestras dos extensas costas.
En el cementerio central de la ciudad, en la calle 26 entre carreras 20 y 22, la Alcaldía Mayor de Bogotá esta despejando la manzana intermedia entre la manzana de panteones del cementerio y la manzana (antes también parte del cementerio) hoy día parque por algunos conocido como de la gorda de nuestro admirado escultor y pintor Botero.
La idea que espero de
antemano sea tomada con el respeto de su dignidad y el principio
constitucional de buena fe guardada de mi intención, es que el comando de
la Armada
disponga gestionar ante la administración distrital, la donación del espacio
anterior para un parque de la
marina con un monumento a
nuestro gran héroe naval de la
Batalla de Maracaibo, tan decisiva en el mar para la
independencia nacional como lo fue la Batalla de Boyacá en la parte
terrestre.
Que bello sería este altar para la patria, que además de quedar cerca de la Catedral Primada y/o también cerca a la importante Iglesia de San Alfonso Ma. de Ligorio, para la ceremonia religiosa; sería también un amplio y seguro espacio para la ceremonia militar, a diferencia del actual modesto monumento del Park Way que no ofrece en la actualidad ni el espacio, ni la seguridad para la asistencia de las altas autoridades de la República el día de la celebración de la Armada Nacional.
Capitán de Navío (r) Gilberto Alonso Álvarez Vargas
Dirección de correo electrónico: gilalva@hotmail.com
EFEMÉRIDES Hace 45
años CALM HERNANDO BERON
VICTORIA
Picardía
Marinera
Saben ustedes de dónde salieron tantas palabras que hoy son parte de
nuestro vocabulario diario?
Intentaré empezar con algunos términos militares,
y les dejaré con dos o tres pensamientos que alegren el momento.
Empecemos con el "Almirante":
Con una
poderosa tradición naval plagada de héroes del calibre de Sir Francis Drake, y
Horacio Nelson, siempre hemos relacionado "almirante" con la palabra
típicamente inglesa
"admiral". Pero resulta que los ingleses no han sido tan originales
en este sentido. Ellos a su vez, importaron esta palabra de la lengua
árabe; veamos: el rango musulmán "Amir" (un alto comandante), nos es familiar
hoy en títulos tales como el del "Emir". Es de allí de donde la palabra inglesa
"admiral" encuentra sus raíces. En la lengua árabe un "amir al bar" era un
"comandante de la mar"
En cambio, la palabra
"Alarma", el ruido de advertencia avisando algún peligro, era
originalmente una llamada a las armas: una advertencia para tomar rápidamente
las armas y ocupar las defensas a la hora del ataque. El término "alarma"
viene del italiano allarme ó alle arme, que significa "A las
armas!" Hoy día se ha restringido de la versión del inglés antigüo a lo que
conocemos como una "señal de alarma", o el sonido de una campana o sirena, o el
del despertador en la mañana.
Alerta es otra expresión militar que tiene su
origen en la lengua italiana. En este caso el término es all' erte, en el
cual all' es una abreviación de alla (que significa "a la") y la
palabra erta (garita o torre de observación). Aquellos a quienes se
les asignaba el puesto de "vigilante ó vigía" debían estar "alerta" todo el
tiempo.
La Ambulancia es uno de los
desarrollos más humanos en la historia de las guerras. Llega a nosotros a
través de el Barón Dominique Jean Larrey, cirujano personal de Napoleón
Bonaparte hace dos siglos. Fue él quien diseñó una litera cubierta para
transportar heridos desde el campo de batalla, que remplazara las rudas carretas
sin resortes que se habían usado hasta esa entonces. En 1.792 la primera
ambulancia de Larrey entró en servicio, proveyendo un vehículo bien resortado,
equipado con vendajes y equipo de primeros auxilios para mayor confort y
bienestar de los soldados de Napoleón. Ambulancias como esta se usaron por
primera vez en la campaña Italiana de 1.796-1.797, en la cual adquirieron el
nombre francés de ambulance remplazando la expresión que le
precedió, hôpital ambulant ú hospital ambulante.
En la próxima
edición continuaremos con otros términos interesantes. De dónde viene
"Armada" así como en Armada República de Colombia
??
Cyber-corredera agradece al señor
Almirante Orlando Lemaitre Torres el envío de esta importante
información.
20-037/ EUTIQUIO DELGADO FANDIÑO -T.
NAVÍO
25-032/ HERNANDO GARCÍA RAMÍREZ
-ALMIRANTE
25-060/ HARRY DÍAZ RODRÍGUEZ -CORONEL IM
26- /
OSCAR H. FERNÁNDEZ T. NAVÍO
40-040/ HUMBERTO FACCINI DUARTE -C. FRAGATA
45- / FRANCISCO PACHO
OCAÑA
46- / EFRAIM PRIETO CORTES -C. FRAGATA
56-008/ JORGE ALBERTO FRANCO
LEMA -C CORBETA-
56-028/ JAIRO GUEVARA GÓMEZ -C. NAVÍO-
62-041/
RUBÉN DARÍO SANDOVAL -C .NAVÍO-
71-024/ JOSÉ GABRIEL ESCOBAR HOLGUÍN -C.
NAVÍO-
76-068/ JUAN CARLOS NIÑO -T. NAVÍO-
81-029/ IVÁN AGUILAR -C.
FRAGATA-
81-064/ VÍCTOR HUGO SÁENZ CASTRO
82-123/ JORGE VALDERRAMA -C.
FRAGATA-
IM 26-009/ EDGAR RUPERTO ESTUPIÑÁN RAMÍREZ -C.
FRAGATA-
IM 27-023/ RICARDO PINTO PERICO
IM-EMC/ GUSTAVO BEDOYA -T.
CORONEL -IM-
MC-24-003/ MIGUEL AMAYA ROJAS CAP.
ALTURA
RN/ FABIO
RAMÍREZ -T. NAVÍO-
ZAFARRANCHO GRAFICO
Metamorfosis de un Recluta,
ahora Decano de la Universidad Jorge Tadeo
Lozano
Recluta Schrader
Valencia Christian CN 42-141...
¡Firmes mi brigadier mayor!
Como han pasado los años...dice la
bella Rocío...para la muestra un botón ...de tantos que pegamos en esos
pantalones de bebé...
Soñando todavía en horizontes marinos
y en playas sin vendedores
ambulantes... |
CYBER-SALUD
Por Enfermero
Pinto
Si quiere vivir más de
100 años, aplique estos 10 consejos:
1- Dormir mínimo ocho horas
diarias
2- Hacer 45 minutos de ejercicio
diario
3- Masticar bien los
alimentos
4- Tomar dos litros de agua al
día
5- Evitar las grasas saturadas y usar
aceite de oliva o canola
6- Reducir el consumo de sal, azúcar
y harinas
7- Tomar una copa de vino tinto al
día
8- Preferir el pescado a las carnes
rojas
9- No
fumar
10- Prefiera lo hervido o asado a lo
frito
|
To: Cyberbriefing
Estimado Editor:
Me refiero al Relato de un Naufrago y al ejercicio o cuestionario en Cyber-corredera de Junio 24, 2005.
Considero que a estas alturas de la vida naval es improcedente y extemporáneo ponernos a competir con alumnos de la Universidad de Salamanca quienes ya absolvieron dicho cuestionario hace muchos años y quienes hoy ya son doctorados y que a lo mejor no recuerdan el porqué ni el para qué del cuestionario. Creo que el hecho central y de fondo que ha causado tanto va y viene, no se debe seguir tratando dentro de los parámetros de una novela. No nos dejemos engañar por un Caballo de Troya……
Le envió un buen saludo
Gustavo Bedoya Serna
Cyber-corredera- Si usted no desea seguir recibiendo este informativo virtual, por favor infórmelo vía e-mail |